CONSUELO EN LA AFLICCIÓN

David Wilkerson (1931-2011)

El secreto para comprender cómo Dios nos libra de las aflicciones puede ser hallado al comprender cómo libró a Israel de su esclavitud.

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros” (1 Corintios 10:11)

Todo lo que le sucedió a Israel, su esclavitud, sus pruebas, su liberación de Egipto, son testimonios, patrones y ejemplos para nosotros hoy. De hecho, la liberación física de Israel representa la liberación espiritual que debemos ver.

¿Alguna vez te has preguntado por qué Israel no se rebeló mientras estaba bajo la esclavitud de Faraón? Después de todo, él los estaba forzando a hacer ladrillos sin paja y ordenando a sus capataces que los golpearan. ¿Por qué los israelitas no tomaron el asunto en sus propias manos? Ciertamente tenían la mano de obra necesaria, especialmente después de las diez plagas, cuando Egipto estaba devastado, débil y de luto. Incluso Faraón admitió: “He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros” (Éxodo 1:9).

¡La razón por la que Israel nunca se rebeló es porque no pudieron haber tenido éxito! Era Dios quien tenía que hacer esa obra por ellos. El Señor le dijo a Moisés: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios” (Éxodo 3:7-8).

Dios claramente declara: “He conocido sus angustias”. Amado, si eso no te da consuelo en tu aflicción, nada lo hará. El Señor está diciendo: “Sé por lo que estás pasando, lo que estás sintiendo. Pero esta no es tu batalla. Tu capataz, el diablo, es demasiado para ti, así que Yo he descendido para librarte”.

“Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios” (Éxodo 6:6-7).