La Serpiente en Tu Jardín

Gary Wilkerson

“Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31). En Génesis capítulos 1 y 2, leemos de la magnífica creación de Dios. Adán y Eva compartían una dulce comunión con su Padre en el Huerto del Edén, pero también había una serpiente en el Jardín. “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho” (Génesis 3:1). Esta astuta y engañosa criatura tentó a Eva, quien trajo a su esposo al ardid; y ambos se rindieron a su voz.

Cuando el pecado y la vergüenza entraron al mundo, la comunión con el Padre se rompió (ver Génesis 3:1-19). Y desde ese momento hasta ahora, siempre ha habido “una serpiente en el jardín”, algún tipo de desafío, oposición o prueba diseñada para alejarnos de nuestro Padre. Dios podría haberla rechazado desde el principio, pero era parte de su plan. La frase familiar “poner a prueba tu temple” significa ver de qué estás hecho, demostrando tu verdadero carácter. A menos que llegue la prueba, no sabrás qué tan fuerte eres en Jesucristo, cuánto poder ha liberado él en ti y la autoridad que tienes en su nombre.

Vemos la demostración de esto cuando Dios dejó enemigos en la tierra de Israel para probarlos. “Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán; solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido” (Jueces 3:1-2). Dios podría haber dado poder a los israelitas para destruir a los cananeos para que los otros enemigos no pudieran venir contra ellos, pero dejó a esos adversarios en la tierra para desafiarlos.

¿Cuál es el enemigo en tu vida, la serpiente en tu jardín? ¿La ansiedad y el miedo? ¿Una sensación de rechazo? ¿La soledad y el aislamiento? ¿Un pecado secreto? Dios quiere sanar todas estas cosas a través de su amor incondicional. Pueden venir tormentas, los enemigos pueden oponerse a ti, las serpientes pueden estar en tu jardín, ¡pero Jesús te llenará de su amor, su paz, su alegría, su vida y su victoria!