Idolatría en el Tiempo Presente

David Wilkerson (1931-2011)

En esta era sofisticada, nos resulta difícil entender la idolatría del Antiguo Testamento. Es increíble leer que personas inteligentes estuvieran tan cegadas que ofrecieron adoración a imágenes talladas a mano de madera, piedra y metales preciosos. Sin embargo, fue el pecado de idolatría lo que provocó la terrible ira de Dios sobre su propio pueblo. “Tú, pues, no ores por este pueblo… porque no te oiré” (Jeremías 7:15).

Esta es la declaración de Dios contra la idolatría en el Antiguo Testamento. Y sin embargo, él aborrece de la misma forma, la idolatría hoy en día. Una nueva idolatría está arrasando en todo Estados Unidos en este momento. Hay informes de que Dios se está moviendo en diferentes partes del país, pero debes tener cuidado de adónde vas y con qué espíritu tienes comunión. Debes tener discernimiento para evitar ser arrastrado a una idolatría que te apartará de la cruz de Cristo.

La cruz, incluidas sus demandas y esperanzas, es el corazón del evangelio y cualquier mensaje o adoración debe centrarse en ella. Sin la cruz, todo lo que queda es paja, un evangelio pervertido que insulta al Señor. Hay ministros que son intensos, articulados, agradables y muy ingeniosos, pero predican "un evangelio diferente".

Pablo vio que esto comenzaba a suceder inclusive en sus días: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:6-8).

Alabado sea Dios por los verdaderos ministros de Cristo que proclaman valientemente el evangelio de la cruz. ¡Ellos son el baluarte contra la idolatría en estos últimos días!

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