Cómo Define Dios la Fe

David Wilkerson (1931-2011)

“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe” (Lucas 17:5). Los hombres que formaban parte del círculo cercano de Cristo le preguntaban algo importante a su maestro. Deseando una mayor comprensión del significado y del funcionamiento de la fe, decían, en esencia: “Señor, ¿qué tipo de fe deseas de nosotros? Danos una revelación de lo que te agrada para que podamos captar la fe en su significado más completo”.

Por fuera, este pedido parece encomiable. Sin embargo, los discípulos le preguntaron esto a Jesús porque estaban confundidos. En el capítulo anterior, Cristo los había desconcertado, diciendo: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel… Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?” (16:10-11).

Jesús sabía que la carne de sus seguidores quería evitar lo que consideraban los asuntos menores de la fe, por lo que les dijo: “Si son fieles en las pequeñas cosas, los asuntos fundamentales de la fe, serán fieles en los grandes cosas también. Por lo tanto, demuestren que son confiables en los requisitos básicos de la fe. De lo contrario, ¿cómo se les puede confiar una medida más profunda?”

Si somos honestos, admitiremos ser muy parecidos a los discípulos de Jesús. Preferiríamos proceder directamente a los asuntos más importantes de la fe, para obtener el tipo de fe que mueve montañas. Y, como los discípulos, nosotros también, a menudo juzgamos la fe por resultados visibles: grandes edificios, grandes multitudes, impresionantes ventas de libros. Las personas brillantes e inteligentes han logrado grandes cosas para Dios, pero no necesariamente representan la definición de fe de Dios. De hecho, ninguna obra, por grandiosa que sea, tiene valor para el Señor, a menos que se les preste atención a los asuntos menores y escondidos de la fe.

¿Crees que el Señor te ha dado un sueño que requiere un milagro? ¿Te han desafiado a salir en una nueva dirección que exige fe sobrenatural? Es importante entender que a Dios a menudo le toma años de preparación antes de cumplir la visión que ha plantado en nosotros. Dios puede estar diciendo: “Deja de lado tus sueños y visiones por una temporada y conóceme íntimamente. Abandona cualquier pecado oculto, sometete al Espíritu Santo; y luego verás que mi visión santa se hace realidad en tu vida”.  

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