Pasa tus Dedos Por tu Cabello

David Wilkerson (1931-2011)

Cristo describió los últimos días como una época problemática y atemorizante. ¿Qué nos dio para prepararnos para estas calamidades? ¿Cuál era su antídoto para el temor que vendría?

Él nos dio la ilustración de nuestro Padre mirando al gorrión, de Dios contando hasta los cabellos de nuestra cabeza. Estas ilustraciones se vuelven aún más significativas cuando consideramos el contexto en el que Jesús las dio.

Él contó estas ilustraciones a sus doce discípulos, cuando los envió a evangelizar las ciudades y pueblos de Israel. Él acababa de dotarlos de poder para expulsar demonios y sanar toda clase de enfermedades y dolencias. Piensa en el momento tan emocionante que tuvo que ser para los discípulos. ¡Se les dio poder para hacer milagros y prodigios! Pero luego vinieron estas terribles advertencias de su Maestro:

“No tendrán dinero en sus bolsillos. Y no tendrán casa, ni siquiera un techo para dormir. En cambio, se les llamará herejes y demonios. Los golpearán en las sinagogas, los llevarán ante los jueces y los meterán en la cárcel. Serán aborrecidos y despreciados, traicionados y perseguidos. Tendrán que huir de ciudad en ciudad para evitar ser apedreados”.

Sin embargo, en esta misma escena, Jesús les dijo tres veces a estos amados amigos: “No los temáis” (Mateo 10:26, 28, 31). Y les dio el antídoto contra todo miedo: “El ojo del Padre está siempre sobre el gorrión. ¿Cuánto más será siempre sobre ustedes, sus amados?”

Jesús está diciendo: “Cuando las dudas te invaden, cuando estás en el final de tus fuerzas y crees que nadie ve lo que estás pasando, aquí te explicamos cómo encontrar descanso y seguridad. Mira los pajaritos fuera de tu ventana; y pasa tus dedos por tu cabello. Entonces recuerda lo que te dije, que estas pequeñas criaturas son de inmenso valor para tu Padre. Y tus cabellos son para recordarte que eres mucho más valioso para él. Su ojo siempre está sobre ti. Y el que ve y escucha cada uno de tus movimientos está cerca”.

Así es como nuestro Padre nos cuida en tiempos difíciles.