En tiempos peligrosos como estos, ¿la iglesia es no tiene el poder para hacer algo? ¿Debemos sentarnos y esperar a que Cristo regrese? ¿O estamos llamados a tomar una acción drástica de algún tipo? Cuando todo el mundo a nuestro alrededor está temblando; y el corazón de los hombres desfalleciendo de temor, ¿estamos llamados a tomar armas espirituales y luchar contra el adversario?
El profeta Joel vio que un día similar se acercaba a Israel, uno de "densas tinieblas y tristeza". Según Joel, el día de tinieblas que se acercaba a Israel sería uno nunca antes visto en su historia. El profeta clamó: “¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso” (Joel 1:15).
¿Cuál fue el consejo de Joel a Israel en esa hora oscura? Él trajo esta palabra: “Ahora… convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición?” (Joel 2:12-14).
Al leer este pasaje, me impresiona esta palabra: "Ahora". Cuando una densa oscuridad caía sobre Israel, Dios apeló a su pueblo: “Incluso ahora, en la hora de mi venganza, cuando me has echado de tu sociedad, cuando la misericordia parece imposible, cuando la humanidad se ha burlado de mis advertencias, cuando el temor y el las tinieblas cubren la tierra; incluso ahora, les insto a que vuelvan a mí. Yo soy lento para enojarme y soy conocido por detener mis juicios por una temporada, como lo hice con Josías. Mi pueblo puede orar y pedir mi misericordia. Pero el mundo no se arrepentirá si tú dices que no hay misericordia".
¿Ves el mensaje de Dios para nosotros en esto? Como pueblo suyo, nosotros podemos rogar en oración y él nos oirá. Podemos hacerle peticiones y saber que él responderá a las oraciones sinceras, eficaces y fervientes de sus santos.