¿Has Olvidado el Poder de Dios para Redimir?
Una vez, una mujer llamada Celeste Horvath fue la madame más notoria de Nueva York y dirigió una red de prostitución que atendía a algunos de los hombres más famosos del país. Celeste había crecido en un hogar pentecostal y su abuela, una mujer de oración, le había profetizado: “Tú vas a ser una evangelista”.