¡Creemos!
Era la noche anterior a la crucifixión de Cristo. Jesús había reunido a sus discípulos en un aposento alto para prepararlos para su partida de la tierra. Después de compartir la cena con ellos, el Señor tomó una toalla y procedió a lavar los pies de los hombres.
Esa noche, Jesús les dijo a estos devotos seguidores que iba a ser “levantado” (es decir, crucificado) a manos de hombres malvados. Cuando les dijo esto, les estaba anunciando lo que estaba por suceder.
Jesús terminó Su mensaje diciéndoles: “Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre” (Juan 16:28).
A esto, los discípulos respondieron: “He aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices. Ahora entendemos que sabes todas las cosas…por esto creemos que has salido de Dios.”(16:29-30).
Los discípulos estaban haciéndole saber a Jesús que entendían claramente lo que les había dicho. Sin embargo, más importante aún, tome nota de sus palabras en el último versículo: “Ahora entendemos…creemos”.
Al parecer una gran fe se había apoderado de sus almas. Estos hombres estaban declarando a Jesús: “¡Ahora lo vemos, Jesús! Ahora lo entendemos. Ahora creemos”.