¡JESÚS YA REINA COMO REY!
El rey Nabucodonosor instaló una estatua de oro en Babilonia y exigió que fuera adorada. Todos los funcionarios, líderes y ciudadanos de las más de cien provincias de Babilonia tuvieron que postrarse ante este dios o enfrentar la muerte: quemados vivos en grandes hornos. Sin embargo, tres jóvenes y devotos judíos en el reino se negaron a inclinarse y el rey furioso los arrojó al horno de fuego. Pero el Señor descendió y libró a sus siervos, y el rey clamó: “Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios” (Daniel 3:28).
El islam es una religión que amenaza al mundo entero con la exigencia de adorar a su deidad, Alá. Es una especie de Babilonia, con organizaciones terroristas que exigen: “Inclínate ante Alá o volaremos tus aviones, bombardearemos tus ciudades, trenes, autobuses y túneles. Te secuestraremos, torturaremos y decapitaremos. Alá gobernará el mundo y el islam prevalecerá”.
Hay una creciente furia e ira en los corazones de los hombres malvados contra el mismo nombre de Jesús. Sabemos que el nombre de Jesús siempre ha sido aborrecido por los hombres malvados, pero ahora ese odio se ha convertido en una rabia demoníaca. De hecho, su nombre está siendo borrado lenta y sutilmente de la sociedad por mandatos legislativos en naciones de todo el mundo.
Hay una ira satánica cada vez mayor contra cada devoto seguidor de Cristo. Si te estás acercando al Señor, entonces estás enfrentando la ira completa de un demonio enojado. Sin embargo, nuestra mayor arma para derribar fortalezas satánicas es la Palabra del Dios Todopoderoso. No debemos preocuparnos por las batallas que Satanás pareciera estar ganando. La batalla en la que estamos es eterna y las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia de Cristo. Nuestro Padre lo ha declarado: ¡Jesús ya reina como Rey!