¡NO TE DETENGAS, SÉ OSADO EN EL ESPÍRITU!
El miedo se presenta de muchas maneras: miedo al rechazo, oposición, sufrimiento y fracaso, por nombrar algunos. Y seamos honestos. Sólo por el hecho de que yo sea pastor no significa que sea diferente a nadie más. Tengo el mismo deseo de ser apreciado, de encajar con todos los demás. Y no soy inmune a la tentación de temer.
Con la ayuda del Espíritu Santo, podemos experimentar la misma valentía que Dios dio a los primeros creyentes, quienes fueron amenazados por las mismas autoridades que habían arreglado la crucifixión de Jesús. Al salir de la cárcel, se reunieron con otros creyentes en una reunión de oración (siempre es una buena idea cuando enfrentamos un asalto a nuestra fe). “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios” (Hechos 4:31, cursivas añadidas). ¡Alabado sea el Señor! Sintieron el calor, pero durante un tiempo de oración, experimentaron una fresca llenura del Espíritu y una nueva osadía.
Fuera de pasar por el sufrimiento emocional del rechazo o la oposición, no hay mucho sufrimiento profundo por Cristo en América del Norte. Al menos no del tipo de sufrimiento que enfrentó la iglesia primitiva. Pero es distinta la historia en otras partes del mundo. Tomemos, por ejemplo, a China.
El régimen comunista trató de arrasar el cristianismo en China; de hecho, a menudo intentaban borrar cualquier mención de Dios. Pero un mover en la iglesia ha estado creciendo milagrosamente durante muchas décadas en China, y a pesar de las amenazas y el peligro, ahora hay decenas de millones de cristianos fuertes y vibrantes allí.
¿Te sientes motivado a hacer algo por Dios? Te animo a seguir su guianza, incluso si eso significa dejar tu zona de confort y salir a aguas inexploradas. Comparte un pasaje de la Biblia con alguien por teléfono, comienza un ministerio de oración, testifícale a un compañero de trabajo. No te detengas por miedo al fracaso. ¡Sé osado en el Espíritu!
Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson.