¡NO TE QUEDES ATRAPADO EN BABILONIA!
¡Babilonia está cayendo! Ese mundo mercantilista de ambición y ego está colapsando. "Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas" (Apocalipsis 18:4).
Hemos espiritualizado tanto a Babilonia, que nos perdimos una verdad simple y fundamental. Se menciona en Apocalipsis 18 e incluye "deleitarse" y "enriquecerse" (ver Apocalipsis 18:3).
No hay nada malo con que los mercaderes se hagan ricos. Pero Babilonia representa un espíritu de codicia, un espíritu tan poderoso, tan malo e influyente, que dice: "La gente no importa, ¡todo lo que importa al final es el balance financiero!"
Los mercaderes van a llorar en aquel día de terror, no por las multitudes que se estén quemando en un holocausto, sino porque habrán perdido su máquina de hacer dinero. Al distrito financiero "Wall Street", se le ha llamado: "Capital de la codicia", pero este espíritu no está limitado a un lugar; está arrasando con toda la sociedad en general, ¡inclusive con la Iglesia!
El Espíritu Santo está diciendo: "No dejes que tu codicia haga más ricos a los mercaderes. No seas arrastrado por el gastar y el endeudarte. Frena tus apetitos. ¡Ya es suficiente! Sal del molino de codicia de Babilonia. ¡Sacúdete de ese espíritu que desea enriquecerse y tener cada vez más posesiones! No participes del pecado de Babilonia, el cual es comerciar con un espíritu de codicia".
¡Qué asombrosa preparación!: Jesús me quiere con Él. Desde el día en que se fue de la Tierra, Él ha estado haciendo los preparativos para encontrarme con Él en el cielo.
¡Gracias Dios, por otra gran preparación! Jesús dijo: "Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:2-3).
Estoy profundamente fortalecido por dicho amor. ¡Él está preparando para mí; y yo, a cambio, deseo prepararme para Él!