¡SÓLO DI QUE SÍ!
Le pedí al Señor que me revele el significado de la frase de Pablo: “Andemos también por el Espíritu”. Al acercarme a este tema, oré: “Señor, haz que todo esto sea claro y entendible para mí”. Así es cómo creo que el Espíritu me contestó: “La llave de oro para entender nuestro caminar en el Espíritu no es complicada. No requiere ningún entrenamiento teológico. De hecho, es tan simple que la mayoría de nosotros no puede verlo. Sin embargo, si somos capaces de captar esta sola verdad, podremos entrar en una vida libre de angustias, llena de dirección asegurada y marcada por un reposo perfecto. El Espíritu recalcó en mí estas cuatro simples palabras: “¡Sólo di que sí!”
¡SÓLO DI QUE SÍ!
Tan pronto como esta frase destelló en mi conciencia, respondí: “Señor, eso es verdaderamente simple. Pero, ¿qué significa?”
Todo vuelve a un versículo que Pablo escribió a los Gálatas. El apóstol, declaró osadamente: “Todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios” (2 Corintios 1:20). Según Pablo, caminar en el Espíritu comienza cuando damos un “sí divino” confiado e insoluble a todas las promesas de Dios. Quiere decir tener la confianza inamovible de que el Señor guardará cada promesa en Su libro. Es decir: “Padre, he leído tus promesas, y le digo que sí a todas ellas. Creo en Tu Palabra para mí”.
Considera la advertencia de Santiago: “Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago 1:6-7).
Ahora sabemos lo que es un “sí divino”. Así que, ¿qué quiere decir Pablo con: “Amén”, en el mismo versículo? La palabra en sí, significa literalmente: “Que así sea. Puedes confiar en ella”. En el contexto del pasaje, “Amén” quiere decir, “Yo creo en Tu Palabra para mí, Señor. Que así sea en mi vida”.