¡TESTIMONIO A LAS NACIONES!
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
Muchos en la iglesia de hoy tratan de determinar la cercanía del regreso de Cristo al leer las señales de los tiempos. Sin embargo, una de las declaraciones más claras que hace Jesús acerca de su segunda venida está contenida en el versículo anterior: El fin vendrá sólo después de que el evangelio haya sido predicado a todas las naciones, para testimonio.
La palabra que Jesús usa para “testimonio” en este, literalmente significa prueba de hecho. Cristo está hablando aquí no sólo de predicar el evangelio, sino de presentarlo como un testimonio. En resumen, el evangelio que predicamos es efectivo sólo si está respaldado por una vida que da testimonio de su realidad.
Uno pensaría que, en Estados Unidos, una nación llena de miles de iglesias evangélicas, habría un fuerte testimonio del Evangelio. Pero muchas iglesias han cedido el verdadero evangelio de Cristo y hay muy pocos testimonios de su señorío en la vida de las personas. No son verdaderos testigos y las iglesias no están venciendo.
Demasiados ministros, jóvenes y viejos, corren por todo el mundo en busca de estrategias para producir crecimiento en sus iglesias. Asisten a seminarios, convenciones y “gurús en consultoría” en busca de la clave para construir una iglesia más grande. También hay otros que acuden a los “avivamientos” con la esperanza de aprender nuevos métodos para que el Espíritu Santo caiga sobre su congregación. Pero se necesita más que nuevas ideas o estrategias para tocar naciones para Cristo.
Estoy agradecido de que haya excepciones, sin embargo; y Dios se mueve con fuerza en las iglesias donde los pastores captan una visión y pasan tiempo sobre sus rostros delante del Señor. Y están guiando a sus congregaciones hacia un caminar más profundo con el Señor. ¡Todos nuestros planes son en vano si Jesús no está entronado en cada área de nuestras vidas!