¿A DÓNDE VAMOS?
Fue por la fe que Abraham obedeció el llamado de Dios y se dirigió hacia un país que había de recibir como promesa y herencia. Salió y caminó por fe, sin saber a dónde iba (ver Génesis 12:1).
¿Puedes imaginar la conversación que deben haber tenido Abraham y su amada esposa Sara, a medida que comenzaban esta loca aventura? Abraham era exitoso, próspero y estaba bien establecido en su comunidad. Él y Sara habían trabajado duro, y estaban disfrutando del fruto de su trabajo. Después de todo, se lo merecían… ¿verdad?
Mientras Sara miraba a su marido una noche, se dio cuenta de que parecía pensativo y algo emocional, pues no había dicho una palabra desde que llegó a casa.
"¿Qué te pasa, cariño? Tu sabes que me puedes contar todo", susurró Sara.
Abraham se desahogó: "He orado durante muchos meses sobre esto y tengo una profunda convicción, una impresión que no me puedo sacar de la mente de que debemos salir, dejar la casa de mi padre, dejar todo lo que conocemos, y siento que a medida que hagamos esto y obedezcamos a Dios, seremos bendecidos".
¡Si eres casado, puedes imaginar la escena y casi oír la conversación que siguió! "¿Qué quieres decir con irnos? ¡Somos felices aquí! ¡Estamos seguros! ¡Me gusta aquí! ¡Al igual que yo tu sabes las cosas horribles que están pasando en las ciudades paganas que nos rodean!"
Abraham trató de responder de la mejor manera posible: "Dios nos está guiando, Sara. Lo sé. He construido un altar para Él y lo digo en serio. ¡Tenemos que irnos!"
Abraham no dejaba de repetir: "Tenemos que irnos, debemos irnos," y de repente Sara preguntó: "¿A dónde vamos?" Hubo silencio. Entonces le respondió tímidamente: "¡Bueno, esa es la parte emocionante! ¡Dios no me ha dicho dónde todavía!"
¡El padre de la fe caminó sin saber a dónde iba!
Claude Houde es el pastor principal de la Iglesia de la Nueva Vida (Eglise Nouvelle Vie) en Montreal, Canadá; y es un orador frecuente en conferencias para pastores y líderes dirigidas por World Challenge en todo el mundo. Bajo su liderazgo la Iglesia de la Nueva Vida se ha incrementado de ser un puñado de personas, a más de 3500 miembros, en una parte de Canadá donde pocas iglesias protestantes han alcanzado éxito.