¿Has Olvidado el Poder de Dios para Redimir?

David Wilkerson (1931-2011)

Una vez, una mujer llamada Celeste Horvath fue la madame más notoria de Nueva York y dirigió una red de prostitución que atendía a algunos de los hombres más famosos del país. Celeste había crecido en un hogar pentecostal y su abuela, una mujer de oración, le había profetizado: “Tú vas a ser una evangelista”.

Sin embargo, Celeste rechazó su educación en la iglesia y se dedicó a la prostitución. A medida que su red de prostitución crecía, se volvió adicta a las drogas, pero en su corazón se libraba una batalla. Noche tras noche, oraba: “Dios, por favor déjame vivir un día más”. Finalmente, Celeste fue arrestada. La noticia llegó a los titulares nacionales.

En ese momento, su hermano le escribió: “Has avergonzado tanto a nuestra familia que estás más allá de la redención”. Todos los que veían la vida de Celeste pensaban que ella no tenía esperanza alguna, totalmente inamovible; pero ellos tenían una visión limitada de Cristo.

Un día durante el juicio, Celeste se quebrantó delante el Señor. El cambio fue inmediato en ella e instantáneamente se convirtió en una nueva criatura. Mientras que la gente en la vida de Celeste la había visto sólo como vulgar e inmunda, el Señor había visto en ella a una evangelista.

Celeste se presentó en Desafío Juvenil justo antes de ser sentenciada, y la acogimos. Pasó un tiempo en prisión, donde se convirtió en la evangelista que Dios la había llamado a ser. Ella llevó muchas almas a Jesús mientras estaba en la cárcel. Después de ser liberada, se convirtió en una poderosa predicadora de las calles; y finalmente comenzó una iglesia en Long Island que estaba encendida por el Señor.

¿Estás preocupado por un familiar o amigo que no parece estar creciendo o madurando en Cristo?

Al evaluar a esa persona, ¿estás usando tu propio concepto de Cristo para sus vidas? ¿Has trazado tu propio círculo de lo que significa ser un verdadero seguidor de Cristo y no ves a tu ser querido moviéndose en ese círculo? ¿Es posible que estés limitando a Cristo? ¿Está tu Jesús tan circunscrito que no puedes creer que su Espíritu esté haciendo una obra profunda y oculta? ¿Condenas a otros por no estar a la altura de tus estándares? ¿Crees que Dios es lo suficientemente grande como para obrar en ellos de formas invisibles?

Considera esto mientras te diriges a tu lugar secreto de oración a favor de esta persona.