¿LE PERMITIRÁS REINAR?

Nicky Cruz

En su epístola a los Gálatas, el apóstol Pablo escribió: "Si vivimos en el Espíritu, andemos también por el Espíritu" (Gálatas 5:25). A lo largo de las Escrituras está claro que Dios quiere que cada uno de sus hijos se rinda al reinado y al gobierno del Espíritu Santo. De hecho, el propósito principal del Espíritu para vivir dentro de nosotros es dirigirnos y guiarnos en todo lo que hacemos.

El Espíritu Santo proporciona instrucciones absolutas y detalladas a quienes caminan con él. Cuando caminamos en el Espíritu, no caminamos en confusión o duda. Su dirección es clara y específica. Los primeros discípulos de Cristo entendieron esta verdad y permitieron que el Espíritu los dirigiera en cada decisión, cada movimiento, cada acción. El Espíritu les hablaba y los guiaba en cada hora de vigilia. No se tomaban decisiones sin consultarle primero. El lema de la iglesia en todo el Nuevo Testamento era: “El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu tiene que decir”.

Tú y yo tenemos esta misma oportunidad hoy. El mismo Espíritu que guio a los primeros creyentes en su caminar con el Señor vive dentro de ti y de mí, invitándonos a oír, a someternos, a prestar atención a su voluntad y dirección. Él promete poder y efectividad más allá de nuestros sueños más salvajes. La única pregunta es: ¿Le permitiremos reinar?

Siempre me sorprende lo divertido que es moverse en la bendición de Dios. Cuando Dios dirige tu camino, siempre es estimulante; y rara vez es lo que esperabas. Nunca es aburrido, nunca es predecible, nunca es ordinario y siempre es refrescante.

En las muchas décadas que he seguido a Dios a donde sea que él me dirija, lo he visto trabajar en formas que son demasiado impresionantes para describir en palabras. Dios ha mostrado el poder de su Espíritu y su Palabra tantas veces que hace mucho que he dejado de intentar de descifrarlo. Cuando el Espíritu Santo guía tu camino, lo mejor que puedes hacer es aferrarte y hacer todo lo posible para perseverar. 

Nicky Cruz, evangelista internacionalmente conocido y prolífico autor, se volvió a Jesucristo de una vida de violencia y crimen después de encontrarse con David Wilkerson en la ciudad de Nueva York en 1958 La historia de su dramática conversión fue contada por primera vez en el libro “La Cruz y el Puñal” escrito por David Wilkerson y más tarde en su propio best seller “Corre, Nicky, Corre”.