¿NOS ATREVEMOS A CREER?
Todos tenemos un cementerio secreto en nuestras vidas. Estoy hablando de alguien o algo, a lo que renunciamos hace mucho tiempo. Lo hemos enterrado, le pusimos una lápida y escribimos la fecha de defunción sobre ésta.
Pienso en una querida amiga que nos dijo a mi esposa y a mí acerca de ir a la ceremonia de graduación de sus hijos. El marido de esta mujer la había dejado años antes por otra mujer. En la graduación, el hombre y su nueva esposa aparecieron, junto con muchos de sus nuevos parientes.
¡Qué difícil fue para ella! Para ese momento, el matrimonio anterior de nuestra amiga estaba más allá de la resurrección y ella lo había aceptado. Sin embargo, mientras ella estaba sentada a pocos metros de su ex marido y su nueva familia, Dios condujo a esta mujer a volver a la tumba de su matrimonio. Y en obediencia, ella comenzó a orar por la salvación de su ex marido, así como por su esposa.
¿Por qué haría ella esto? Ella lo quería resucitado de la muerte del pecado. Como puedes ver, debido a que ella conocía a Cristo, ella rechazó el rendirse frente a los muertos. Ella caminó en la seguridad de que Jesús tiene el poder presente de resurrección para traer vida de la muerte.
Nuestro Señor trae vida de la muerte y Él nunca se rinde. Todo lo que se necesita es Su palabra, Su aliento y repentinamente lo que parece muerto y sin esperanza vuelve a una nueva vida.
Jesús no sólo afirmó tener poder sobre la muerte, al decir: “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25), ¡sino que Él lo demostró!
¿Nos atrevemos a creer lo que Jesús dijo acerca de la vida de resurrección y a aplicarlo a nuestras vidas?