¿Te Estás Sometiendo a Dios?
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7).
Un joven sintió un llamado en su vida a servir en la obra misionera, por lo que fue a su líder espiritual para que lo guiara. Durante su conversación, el líder discernió un espíritu independiente y una actitud impulsiva en el joven. Mientras observaba estos signos inquietantes, le aconsejó: “Antes de que puedas convertirte en misionero, debes convertirte en “sumisionero”, lo que significa, por supuesto, que debe aprender a tener sumisión.
La sumisión es una palabra dura pero muy poderosa. Los cristianos son educados en la práctica de atar a Satanás para ellos mismos, personas, iglesias y ciudades, pero Satanás no huye a menos que el que ora posea un espíritu sumiso a Dios. En otras palabras, es imposible resistir al diablo en cualquier área si no hay sumisión a Dios en cada área.
La sumisión reconoce la autoridad de Dios y su Palabra. Es relativamente fácil someterse hasta que encuentras algo con lo que no estás de acuerdo. Por ejemplo, si un joven sabe que la Palabra de Dios dice que no se case con un no cristiano, pero decide que “el amor triunfa sobre Dios” y sigue adelante con el matrimonio, él no es sumiso a la autoridad del Padre. Puede argumentar que ama a Dios y que es sumiso a él, pero no puedes someterte sin obedecer. Como puedes ver, la sumisión es la actitud, pero la obediencia es la acción que demuestra dicha actitud.
Una vez, una madre le dio instrucciones a su hijo desobediente para que se sentara en una esquina como disciplina. Después de un par de minutos de estar sentado, el niño le dijo a su madre: “Estoy sentado por fuera, pero estoy de pie por dentro”. Este es un ejemplo perfecto de obedecer, sin someterse.
El autor cristiano Edwin Louis Cole dijo: “Tu capacidad para soportar la tentación es directamente proporcional a tu sumisión a Dios”. No peques pensando que sabes más que Dios lo que es mejor para ti. ¡Reconoce a tu Padre celestial como tu autoridad y obedécelo con una sonrisa en tu rostro!
El pastor Tim pastoreó durante 30 años en Detroit y luego en la ciudad de Nueva York en el Tabernáculo de Brooklyn por cinco años. En la actualidad, él y su esposa Cindy pastorean en Lafayette, estado de Luisiana.