¿TE HAN HERIDO?
Durante mi tiempo de oración, el Espíritu Santo me guió al Salmo 56. Esta palabra es para aquellos que han sido heridos, ya sea por la familia, por los amigos, o por las palabras y acciones de los impíos.
Tambien es una palabra para aquellos que aman al Señor, pero que derraman lágrimas y llevan cargas que parecen ser cada vez más pesadas a medida que pasan los días. Algunos creyentes se despiertan cada mañana bajo una nube de temor y desesperación. Los problemas financieros pueden aplastarlos y atemorizarlos. Otros enfrentan serias batallas de salud y dolor insoportable. Algunos se duelen por miembros de la familia que están en problemas profundos, tal vez en rebelión contra el Señor.
Escucha la bendita Palabra de Dios dirigida a ti en tu hora de necesidad:
Salmos 56:3: “En el día que temo, yo en ti confío” [No tendré miedo].
Salmos 56:4: “En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?”
Salmos 56:8: “Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma [botella]; ¿No están ellas en tu libro?”
Salmos 56:9: “Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí”.
Salmos 56:13: “Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.”
Estas son palabras ungidas del Espíritu de Dios. Te animo a orar por cada versículo y a reclamarlo por fe. El Señor sabe todo sobre tus luchas y dolor. Él conoce todos los detalles de su situación, y Él escucha incluso el clamor silencioso de tu corazón roto.