“¿DÓNDE ESTÁS TÚ?”
Los cristianos que no oran no se dan cuenta del peligro en el que se encuentran. Tú podrás argumentar: “Entonces, ¿qué pasa si algunos cristianos no oran? Siguen siendo creyentes, perdonados e irán al cielo”.
Nuestro Padre celestial se da cuenta de que vivimos en un siglo muy ocupado, con muchas exigencias de nuestro tiempo y energía; y los cristianos están tan atrapados en ocupaciones y actividades como cualquier otra persona. Sin embargo, yo no puedo creer que Dios tome a la ligera nuestro rechazo a nuestro acceso a él, lo cual, le costó la vida a su único Hijo.
Al Padre le dolió enviar a Jesús, que se burlen de él y lo crucifiquen, a fin de que nosotros pudiéramos acercarnos a él libremente. Pero a medida que pasan los días, muchos de sus hijos no se acercan a él hasta que asisten a la iglesia el domingo. Cuando Adán se escondió del Señor en el Huerto del Edén, Dios le preguntó: “¿Dónde estás tú?” (Génesis 3:9). Por supuesto, Dios sabía dónde estaba Adán, pero en realidad, él le estaba preguntando a Adán porqué había descuidado su comunión con él.
Los cristianos que no se echan mano de su acceso al Padre terminan en la condición de la iglesia en Sardis. El Señor instruyó a Juan: “Escribe al ángel de la iglesia en Sardis … Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto” (Apocalipsis 3:1). Jesús está diciendo: “Puede que tú seas una buena persona que haría cualquier cosa por alguien, pero un elemento de muerte se ha infiltrado en tu vida debido a tu negligencia. Algo del mundo te ha contaminado”.
¿Cuál es la impureza a la que se hace referencia aquí? ¡La falta de oración! Los creyentes en Sardis no habían estado velando en oración, esperando al Señor y buscándolo como lo habían hecho en otros tiempos. Se habían vuelto descuidados, pero el Señor les dice en Apocalipsis 3:4: “Algunos de ustedes son dignos y no quieren perder mi presencia”.
Rápidamente, ve al lugar secreto de oración. Él te ha provisto de un acceso a él y promete saciar todas tus necesidades.