ACERCÁNDONOS CADA VEZ MÁS A ÉL
El Señor se está preparando para derramar su Espíritu sobre su pueblo en estos últimos días y yo sé que tú quieres tener parte en ello. Para que esto suceda, debemos acercarnos cada vez más a él, en nuestra adoración, obediencia y diligencia. “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros” (Santiago 4:8).
Multitudes de cristianos dedican horas a los deportes, a las películas, a las compras, a los placeres de todo tipo, pero dedican a Dios una cantidad de tiempo cada vez menor, lo que resulta en una pereza de espíritu. Pero la gracia de Dios hacia nosotros no tiene límites. Jesús nos asegura: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). El mensaje aquí es claro: Dedica más de ti al Señor, y él derramará su gloria sobre ti.
Dios anhela hacer por nosotros “mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (Efesios 3:20). Es por eso que él quiere un pueblo que tenga un apetito voraz por él. Él quiere llenarte con su asombrosa presencia, más allá de cualquier cosa que hayas experimentado en tu vida.
Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
“Os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más” (1 Tesalonicenses 4:1).
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre” (1 Corintios 15:58).
La palabra griega “creciendo”, significa exceder, sobresalir, tener suficiente y de sobra, por encima, en exceso, excesivamente abundante, más allá de toda medida. Pablo está diciendo: “La gloria de Dios en tu vida va a ser mucho más abundante que los pequeños momentos que has tenido hasta ahora. Tus oraciones ya no serán sólo pedir la bendición de tus alimentos. Vas a orar mañana, tarde y noche”.