CAMINANDO A TRAVÉS DE LO MUNDANO, CON UN PROPÓSITO

Carter Conlon

Leemos en el libro de Isaías: “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen” (Isaías 40:29-30). En otras palabras, llega una temporada, en la que todos nosotros, sentimos que ya no podemos continuar. Sentimos que vamos a chocar y arder, espiritualmente hablando. De manera similar, todos enfrentamos temporadas en las que la frialdad llega a nuestro corazón, tal vez debido a la monotonía de la vida diaria.

Los matrimonios a menudo se meten en problemas porque no hay esfuerzo por parte de ninguno de los cónyuges para reavivar la llama del amor. Del mismo modo, la frialdad puede filtrarse en nuestra relación con Dios, especialmente cuando estamos tan acostumbrados al patrón de nuestro andar cristiano que empezamos a hacer las cosas en piloto automático. Pronto, el peso de la repetición y las pruebas personales comienzan a caer sobre nosotros, y antes de que nos demos cuenta, sentimos que vamos a perder altura, tal como lo hace un avión cuando pierde velocidad.

Es imperativo que reconozcamos que Dios ya nos ha dicho qué hacer cuando esto sucede. Así como un piloto es entrenado en ciertos procedimientos para que responda adecuadamente, nosotros también debemos prestar atención a las instrucciones de Dios y confiar en lo que Él dice en lugar de confiar en nuestros propios instintos.

La Biblia nos dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).

Dios nos ha dicho en Jeremías 29:11: "Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros … pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Él te llevará a ese lugar de libertad que tú anhelas, te dará la fuerza que necesitas, pondrá una visión renovada dentro de ti. Así que confía en el Señor y reconócelo en todos tus caminos, ¡y luego observa a dónde te llevará!

Carter Conlon se unió al equipo pastoral de la Iglesia Times Square en 1994, por invitación del pastor fundador David Wilkerson, y fue nombrado para el cargo de Pastor Principal en 2001.