CITAS DIVINAS

Gary Wilkerson

“Un etíope, eunuco… había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro” (Hechos 8:27-29).

Este etíope, que en realidad era tesorero de Candace, reina de Etiopía, había ido al templo en Jerusalén para adorar, buscando iniciar una nueva forma de vida. Él volvía escudriñando las Escrituras en su carro.

El Señor le ordenó a Felipe que viajara en este camino particular para que pudiera encontrarse con el etíope. Él obedeció al Señor y cuando vio al etíope y fue a hablar con él, vio que el hombre leía Isaías 53:7: “Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”.

El hombre le preguntó a Felipe qué significaba la Escritura y Felipe, al discernir que el corazón del hombre anhelaba la verdad, se lanzó a una explicación a gran escala de la verdad de Jesucristo. “Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús” (8:35).

La porción de la Escritura que el etíope estaba leyendo en el Antiguo Testamento habla sobre el cumplimiento de la profecía de Jesucristo. Felipe pudo explicarle acerca del plan de salvación de Dios, el bautismo, un nuevo reino en Dios, todas las cosas que se cumplen absoluta y totalmente en un hombre: Jesús. El etíope abrió su corazón y respondió al mensaje y recibió la vida eterna.

Cuando un creyente fiel comunica el evangelio a un corazón dispuesto, milagros suceden. Quizás tú, aún estás en una búsqueda para entender más acerca de Jesús. Si es así, Dios ciertamente responderá al clamor de tu corazón por aprender más acerca de él y traerá a alguien a ti. O tal vez el Señor arreglará una conexión divina en la que tú podrás ministrar a alguien más.