Continuaremos en Pecado?
Cmo puede alguien llamarse a si mismo un amante de Jess, conociendo que contina en pecado? Como seguidores de Cristo, declaramos que somos libres del poder del pecado. Testificamos que la cruz nos ha redimido totalmente de la esclavitud a la iniquidad. Sin embargo, multitudes de creyentes continan atados a lujurias, hbitos, envidias, apetitos, codicias, enemistades, amarguras.
Dnde estn estos cristianos? Usted pregunta. Estn a su alrededor. Los encuentra adorando en las iglesias cada domingo. Levantan sus manos en alabanza a Dios por Su poser libertador. Testifican a otros del poder de Cristo el cual les hace libres de la iniquidad. Pero no estn dispuestos a abandonar su pecado.
Tristemente muchos de estos cristianos creen que nada puede sacarlos de las garras del pecado. Tratan todo metodo conocido para ser libres de su cautiverio, ninguna cantidad de oracin, consejos o sermones redarguyentes parecen ayudar. El pecado en ellos se enrreda asimismo alrededor de sus corazones como una serpiente, hasta que toma control total de sus vidas. Y terminan llevando en ellos una carga agonizante de culpa y condenacin.
Pablo pregunta: Qu, pues, diremos? Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, cmo viveremos an en l? (Romanos 6:1-2). Pablo se pregunta, Hemos recibido tan increble bendicin en Cristo.
Hemos sido bautizados en l, sepultados y resucitados con l, conformados con la imagen de su muerte. Entonces, cmo podemos continuar en pecado?
El hecho es, mientras ms tiempo consentimos el pecado que nos acoza, ms fuerte se aferra de nosotros. Es un cncer que se ramifica por todo nuestro ser, contaminando todos nuestros pensamientos y acciones. Su podrido poder causa destruccin en todas las reas de nuestras vidas - desde nuestro caminar con Cristo hasta nuestras relaciones y cada cosa que tocamos.
Adems, el pecado nunca muere por si mismo. Si no es desarraigado y destrudo, toma posesin del trono de nuestra vida. Primero, afecta su conciencia, causando la prdida del discernimiento. La diferencia entre lo bueno y lo mano se empieza a nublar y a borrar. Entonces, la voz del pecado gana su odo. Paulatinamente, empieza a justificar su lascivia - aun dndole argumentos escriturales para apoyarla. Finalmente, usted desarrolla una resistencia contra las predicaciones y no responde ya ms a la conviccin del Espritu Santo.
Puede que conozca a cristianos en esta horrible condicin. Se tornan defensivos cuando se les confronta acerca de su concupiscencia. Ellos reclaman: Lo que estoy haciendo no est mal. He orado por esto, y el Espritu Santo me ha dicho que no estoy pecando No obstante usted sabe muy bien que el proceder de esta persona contradice la Palabra de Dios.
De acuerdo a la provisin en el pacto de Dios, el Espritu Santo nos llena de poder para vivir victoriosamente sobre el Diablo. El nos da todos los recursos que necesitamos para destrur su dominio en nuestras vidas. Aun nos ayuda a obedecer los mandamientos del Seor.
Sin embargo, la promesa del Nuevo Pacto de Dios de romper todo cautiverio y hacer libre a toda prisionero es slo para aqullos que estn cansados de su pecado. Por cul razn el Espritu Santo derramara su poder libertador en alguien que no ve su pecado como un asunto serio?
Si piensa que el Espritu Santo lo va a libertar de su pecado sin su total cooperacin, est equivocado. Dios detesta a todo cristiano que se sienta a disfrutar su concupisciencia mientras espera por la liberacin del Espritu Santo. Esta enseanza no slo comforta a los cristianos en su pecado, sino que tambin falsifica el Nuevo Pacto de Dios.
Para contestar esta pregunta, slo necesito mirar a mi propio corazn. Ms y ms, mientras el da se acerca, me imagino estar ante el trono de juicio de mi Seor, cuando sus ojos de amor caen sobre m. En ese momento, yo tendr que dar cuenta de cada uno de mis actos y pensamientos. Y, como ministro del evangelio, tendr tambin que dar cuenta de los mensajes que he predicado a otros pero que no los he vivido en mi propia vida. Tal como Pablo escribi: ... no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado (1 Corintios 9:27).
El slo pensar en esta escena trae a mi corazn un santo temor. Clamo cada da: Seor, si hay algn pecado en m, por favor - trata con sto. No deseo escuchar el sonar de la trompeta, y entonces encontrarme a m mismo parado ante ti; con una concupiscencia enroscada a mi corazn.
Qu dirs a Jess cuando te encuentres ante l? Qu excusas le dars por estar adherido a una raz de amargura, de envidia, de sensualidad, de un hbito pecaminoso? Le dirs: Seor, no saba que tomaras tan seriamente este pecado. Pens que seras paciente conmigo, que en sto tu gracia sobreabundara sobre m. Siempre he credo en la promesa de tu Nuevo Pacto. Simplemente me mantuve esperando que el Espritu removiera el pecado de m.
Amado, nuestro Seor viene pronto, y este no es tiempo de jugar con su pecado. Conozco muchos cristianos ntegros que en un punto de sus vidas se descuidaron y fueron cubiertos por su lujuria. As que no piense que no le puede suceder a usted. Por cuanto todos pecaron y estn destitudos de la gloria de Dios(Romanos 3:23). Usted necesita preguntarse a si mismo: Por qu contino en mi pecado? Por qu todava me tiene agarrado este demoniaco cautiverio? Por qu no soy libre?
Creo que en este aspecto el Espritu Santo me ha revelado varias cosas:
Muchos Cristianos hoy no han tenido el temor de Dios plantado en sus corazones por el Espritu Santo. El escritor de Proverbios declara: Con misericordia y verdad se corrige el pecado; con el temor del Seor los hombres se apartan del mal(Proverbios 16:6) No seas sabio en tu propia opinin, sino teme al Seor y aprtate del mal(3:7) El temor del Seor es manantial de vida que aparta de los lazos de la muerte(14:27).
El temor de Dios a que aqu se refiere, indica mucho ms que respeto y miedo reverencial. El Salmista David nos dice que no podemos recibir la total revelacin del pacto de Dios hasta que el temor del Seor est profundamente arraigado en nosotros: La comunin ntima del Seor es con los que le temen, y a ellos har conocer su pacto(Salmo 25:14). Este versculo conecta el entendimiento del pacto con el temor de Dios. En cortas palabras, la revelacin esta atada a su temor santo.
Estoy convencido que sin el temor de Dios, no podemos experimentar una permanente liberacin del pecado. No obstante, en muchas iglesias el temor del Seor ha llegado a ser una materia tab. Cundo fue la ltima vez que usted escuch un sermn predicado sobre el temor de Dios?.
Una razn para sto es que la tolerancia de esta sociedad ha invadido la casa de Dios. En aos recientes, el trmino gracia se usa como cubierta para el pecado. Como el Salmista escribi: La maldad del impo me dice al corazn: No hay temor de Dios delante de sus ojos(Salmo 36:1). Mas an, ministros corruptos evitan ciertos pasajes relacionados con el temor de Dios. Usualmente predican usando los siguientes versculos: porque no nos ha dado Dios espritu de cobarda, sino de poder, de amor y de dominio propio(2 Timoteo 1:7) En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, ...(1 Juan 4:18). pues no habis recibido el espritu de esclavitud para estar otra vez en temor, ... (Romanos 8:15).
stos son maravillosos pasajes - pero se refieren al tener temor del hombre o de Satans, no al temor de Dios. La misma palabra usada como temor en esos versculos es tambin usada en el libro de Hebreos: Asi que podemos decir confiadamente: El Seor es mi ayudador; no temer lo que me pueda hacer el hombre(Hebreos 13:6).
Creo que Dios tiene que cumplir un cierto trabajo en nosotros antes de que podamos reclamar cualquier promesa del pacto. Cul es este trabajo precedente sobre el cual dependen los otros? Jeremas nos dice: ..... y pondr mi temor en el corazn de ellos, para que no se aparten de m (Jeremas 32:40) El trabajo precedente del pacto de Dios es poner Su temor en nuestros corazones.
Jeremas est hablando de la provisin del Nuevo Pacto de Dios, no del Antiguo. Y Dios nos dice aqu como ser realizado el primer trabajo del pacto. Pondr mi temor en el corazn de ellos Nos est permitiendo saber que no podemos por nosotros mismos producir un temor santo. No podemos obtenerlo por medio de personas que extiendan sus manos sobre nosotros o por manipular nuestra carne. La nica manera en que este trabajo santo se cumple en nosotros es si el Espritu Santo lo lleva a cabo.
En esencia, Dios nos dice: Yo har cosas maravillosas en vosotros. Ennviar mi propio Espritu a ustedes, quien habitar en vosotros y les dar un nuevo corazn. El les llenar de poder para mortificar y hacer morir los actos de la carne. Y l les guiar a una libertad total del poder del pecado. Finalmente, el producir en vosotros el querer y el hacer mi buena voluntad.
Pero hay un trabajo que mi Espritu debe hacer antes de cualquier otro. Pondr en ustedes un temor santo concerniente al pecado. Entonces, ustedes no quedrn dejar mis mandamientos. A menos que no tengan mi temor en vosotros, vuestro pecado siempre los alejar de m.
Simplemente, el Espritu Santo cambia nuestra manera de mirar a nuestro pecado. l sabe que mientras continuemos tomando nuestra concupiscencia livianamente, nunca seremos libres. As que, l nos muestra cuan profundamente el pecado agravia y provoca la ira de Dios. Cmo hace sto el Espritu Santo? El usa la palabra convincente de Dios - la penetrante espada de la verdad santa.
Si estas cansado de tu pecado y anhelas ansiosamente caminar en rectitud, entonces preprate: Dios te lanzar "flecha evanglicas" de conviccin a tu corazn. Estas flechas buscarn en cada rea escondida de t corazn y sacarn a la luz toda concupiscencia. Y una vez den en el blanco, sentirs la llama de la verdad quemando profundamente en t conciencia.
Muchos Cristianos carnales, tratan de ignorar la culpa que produce las flechas convincentes de Dios. Constantemente proclaman el versculo: Ahora, pues, ninguna condenacin hay para los que estn en Cristo Jess (Romanos 8:1) Pero olvidan leer la ltima parte del mismo: los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espritu. Si usted contina en pecado, est caminando en la carne - y no tiene derecho a la promesa de Dios de no condenacin.
La culpa que sentimos bajo la conviccin del Espritu Santo es en efecto un trabajo de la Gracia de Dios. Esta culpa sacar a la luz la falsedad del pecado en nosotros. Por lo tanto deberamos pedir el Espritu de Dios que continuamente llene nuestras conciencias de culpa, temor y condenacin del pecado - hasta que lo mximo de la pecaminosidad sea completamente expuesta.
Muchos Cristianos no se dan cuenta del terrible peligro en que se encuentran cuando continan en pecado. Solamente las flechas ardientes de verdad del Espritu Santo pueden despertar sus almas al temor santo que necesitan para deshacerse del pecado. Permtame compartir con usted algunas de flechas ardientes de realidad que el Seor ha usado para penetrar en mi alma:
1. Dios considera las lujurias y pecados escondidos en los Cristianos ms perversos, peligrosos y odiosos que los ms viles, demonacos, pecados al descubierto cometidos por los inconversos.
Muchos creyentes piensan que sus pecados escondidos no son serios, simplemente por que no los practican abiertamente. Pero Dios ve el corazn - y el pecado que l ve dentro es peor que el de los pecadores perversos. Permtame explicarle:
Trate de pensar sobre el ms vil acto cometido por un depravado inconverso, hombre o mujer. Inmediatamente mi mente se vuelve a un artculo en uno de los diarios de Nueva York del ao pasado. Un hombre se cas con una mujer quien siempre habia deseado tener un beb. l le permiti quedar embarazada inmediatamente, y cuando la mujer finalmente tuvo la criatura, ella paso las primeras semanas desarrollando una relacin con su beb. Pero, repentnamente, fuera de toda comprensin, el hombre le quit el beb a su esposa y la mat. Por qu? Fue un acto de venganza. Aparentemente el estaba enojado con la mujer porque ella, antes que se casaran, no asisti al funeral de su padre. El razon, Ella no me consol cuando la necesit. Asi que, yo la voy a hacer sufrir. Este es uno de los ms crueles, malos y horribles actos que se hayan perpetrados.
Los seres humanos han visto hoy mas asesinatos, genocidios y pavorosos pecados que ninguna otra generacin. No obstante, sobre todo esto, aqu est la perspectiva de Dios: nada es comparable a la concupiscencia que esta adherida a nuestros corazones. Nuestros malos hbitos, odios y pecados escondidos, son mas viles a su vista que cualquier cosa que los seres humanos hayan perpetrado.
Vemos un ejemplo de la perspectiva de Dios en el libro de Apocalipsis. El dice a la iglesia de Laodicea: Yo conozco tus obras, que ni eres fro ni caliente(Ap.3:15). El est diciendo: T no eres lo que profesas ser. Te dices a ti mismo, No necesito de nada. Pero yo te digo que eres tibio. Cualuiera te ve como ntegro y prspero. Pero yo veo tu corazn - y se que el celo que una vez tuviste por m se ha secado.
Proverbios nos dice: Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazn, porque de l mana la vida(cap.4:23) Asimismo, porque (un hombre) cuales son sus pensamientos ntimos (su corazn) , tal es l (23:7). Estos versculos son agudas flechas del Espritu Santo. Hacen pedazos nuestros corazones diciendonos: T no puedes huir de la vista de Dios. Cada cosa que has escondido secretamente en tu alma ser manifestada. No importa si actas o no sobre esa cosa. Dios no pasar por alto vuestra secreta lascivia.
2. Mientras ms tiempo pases en pecado, en ms peligro ests de endurecer tu corazn.
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazn tan malo e incrdulo que se aparte del Dios vivo. Antes bien, exhortaos los unos a los otros cada da, entre tanto que se dice , para que ninguno de vosotros se endurezca por el engao del pecado(Hebreos 3:12,13).
Quizs alguna vez su corazn tembl al eschuchar la palabra de Dios. Se derreta cada vez que escuchaba un sermn lleno de fuego el cual estaba dirigido especialmente para usted. Tena un odo que escuchaba la voz del Espritu. Pero ahora por algn tiempo, usted ha estado jugando co un pecado a escondidas - jugando con l, alrededor de su mente. Y ahora, debido a que el pecado ha producido el enga deseado, usted puede permanecer inconmovible ante cualquier sermn, no importa cun ungido sea.
Si usted tuviera un temor santo, este temor le revelara que su corazn se est endureciendo poco a poco. Se dara cuenta de que cada da que usted continua consintiendo el pecado, est ms cerca de cauterizar su conciencia. Sin embargo, da a da su pecado se le hace menos y menos obvio. Pronto terminar completamente ciego, con un falsa paz. Y, finalmente su pecado se derramar sobre los lmites que usted ha establecido, fluyendo caprichosamente por todo acto diablico.
He visto de primera mano, los horrores de un hombre de Dios que permiti que su corazn se endureciera. Fue un ministro amigo mo, quien pastore una iglesia grande. Dios bendijo a este hombre poderosamente, ungiendo sus sermones con el fuego y el poder del Espritu Santo. Pero este ministro permiti una secreta lascivia sexual. Con el tiempo empez a consentirla - y eventualmente cay en el acto de adulterio.
Dios fue misericordioso con mi amigo. Con amor los ancianos y lderes de la iglesia disciplinaron al pastor y luego lo restauraron a su ministerio. Cada vez que la lujuria apareca en su corazn, el Espritu Santo fue fiel en tratar con l acerca de esto. Pero este hombre nunca tomo con seriedad su pecado. Nunca inclin su corazn a or la voz del Espritu.
Estuve all la noche en que fue expuesto nuevamente. Cinco mujeres vinieron y confesaron haber estado envueltas amorosamente con l. Algunas dijeron que haban tenido relaciones sexuales con l justo antes de que subiera al plpito para predicar.
Algn tiempo despues un amigo mio le pregunt al pastor: Cmo pudo su conciencia haberle permitido hacer eso? Cmo pudo tener relaciones ilcitas y despues predicar la palabra santa de Dios? El pastor contest con una sonrisa, T tienes que ser un buen actor.
Eso es un corazn duro. Nada conmova a este hombre. Estaba tan endurecido que poda permanecer en adulterio a la misma vez que abra su Biblia y predicaba, sin un trazo de culpabilidad.
3. Si contina en pecado, enfrentar la vara de Dios.
El Salmista escribe lo siguiente acerca de una de las promesas del primer pacto de Dios Si dejaran sus hijos mi Ley y no anduvieran en mis juicios, si profanaran mis estatutos y no guardaran mis mandamientos, entonces castigar con vara su rebelin y con azotes sus maldades. Pero no quitar de l mi misericordia ni faltar a mi fidelidad. No olvidar mi pacto ni mudar lo que ha salido de mis labios (Salmo 89:30-34).
Nos regocijamos cuando leemos las maravillosas palabras del Nuevo pacto. Dios promete nunca mover de nosotros su cario y misericordia, no importa cuan bajo caigamos. Pero muchos creyentes pasan por alto la seria advertencia de este pasaje: Si olvidamos la Ley de Dios y rechazamos guardar sus mandamientos, l visitar nuestras transgresiones con su vara divina.
Simplemente no hay manera de ablandar esta palabra. Dios nos est diciendo claramente, Si continas en pecado yo tratar con esto severamente. Te absolver y te perdonar. Pero tomar venganza sobre tu pecado. Y tu sentirs mis azotes sobre tu espalda.
La Biblia nos dice que a quienes el Seor ama los corrige. Vemos vvamente esta verdad en la vida de David. Considere como el Seor trato con este hombre, un servidor fiel que disfrut del favor de Dios. En un punto de su vida, David pec terriblemente - justificando y manteniendo el acto en secreto por meses. Finalmente Dios dijo, Suficiente - y envi un profeta a exponer el pecado de David. Natn us una analoga para hacer pedazos toda excusa que David pudiese tener, hasta que finalmente el rey admiti He pecado - soy culpable.
Pero simplemente admitir el pecado no es suficiente. Dios no solamente expuso el pecado de David - tambin dispuso su divina vara sobre las espaldas de su siervo. Por supuesto, sabemos que el Seor siempre aplica su castigo en amor. Pero, la vida de David nos muestra que sentir el castigo de correccin de Dios no es una cosa liviana. Los azotes que ello implica son dolorosos y agonizantes. Y a menudo el castigo no cae slo sobre nosotros, sino tambin sobre nuestros amados y quienes estn ms cerca de nosotros.
Considere los resultados directos del pecado de David sobre los que le rodeaban: El hijo ilegtimo que tuvo con Betsab muri. Miles de soldados israelitas murieron en batalla. Trajo escandalo a su pas, haciendo el hazmerreir de Israel ante los ojos de sus enemigos. Y como si esta agona no fuera suficiente, David sufri un interminable dolor por su pecado: Perdi el trono de Israel en las manos de su hijo rebelde Absaln. Fue buscado como un animal salvaje por el ejercito de Absaln. Tuvo que huir al desierto ante la persecusin del hijo que tanto habia amado. Y llor inconsolablemente cuando Absaln fue asesinado.
David saba que todo esto pudo haber sido evitado. Cada evento doloroso fue un agonizante recuerdo de las consecuencias del pecado. Expres su interminable dolor en los Salmos, escribiendo que su alma estaba en constante tormento, que fue sumido en confusin, que su reposo fue una cama de lgrimas. El exclam en agona, Dios, porqu me haz abandonado Y gimi en temor, Espiritu Santo, no te apartes de m.
La severidad de la conviccin de Dios trajo a David al mismo lmite de su sanidad. Y como usted vera a continuacin, esto le llev al extremo de la tumba.
4. Si usted continua en pecado, experimentar un constante agotamiento de paz y fuerza.
David escribi: Mi vida se va gastanto de dolor y mis aos de suspirar; se agotan mis fuerzas a causa de mi maldad y mis huesos se consumen(Salmo 31:10). Como un agujero en el depsito de aceite de su automvil, su pecado lentamente consumir todos sus recursos. Su paz, gozo y fuerzas literalmente desaparecern por completo.
David confes, Nada hay sano en mi carne a causa de tu ira; ni hay paz en mis huesos a causa de mi pecado(Salmo 38:3). El estaba diciendo, Todas mis fuerzas se han ido a causa de mi pecado. Todo mi cuerpo est debilitado debido a lo que he hecho. Mi iniquidad simplemente no me permite descansar.
David estaba experimentando las flechas penetrantes de Dios. Escribi: Tus saetas cayeron sobre m, y sobre m ha descendido tu mano (Salmo 38:2). De esta manera le fue enseado a este amado siervo el temor de Dios. Y parte de su dolorosa leccin fue la perdida de la Paz del Seor. Exclam: El debilit mi fuerza en el camino; acort mis das (Salmo 102:23).
Conozco Cristianos que han mantenido sus vidas en amarga confusin debido a que continan consintiendo su pecado. Estas almas vacas estn siempre deprimidas, dbiles, aproblemadas, sin saber a donde van. Tambien conozco ministros que no pueden permanecer tranquilos debido a su pecado. Constantemente ocupados, trabajando, nunca entrando en el reposo del Seor.
No importa quien eres - si guardas un pecado en secreto, experimentars continuos disturbios en tu vida, tu hogar, tu familia, tu trabajo. Toda cosa que toques estar fuera de su apropiada condicin. Empezars a sentirte ms y ms cansado, confundido, agitado por interminables preocupaciones y temores. Y toda tu paz y fuerza se irn de ti.
5. Si t continas en pecado, perders t utilidad en el Reino de Dios.
He visto hombres poderosamente usados por el Espritu que ms tarde fueron sacados por Dios de su estante. El Seor les dijo simplemente, Hijo, lo siento. Te amo. Te perdono y mi misericordia te alcanzar. Pero, no te puedo usar.
Para m, sta es una de las cosas ms terribles que me puedo imaginar. No obstante, esto le pas al Rey Sal. La Biblia nos dice: Entonces Samuel dijo a Sal: Lcamente has actuado; si hubieras guardado el mandamiento que el Seor, tu Dios, te haba ordenado, el Seor habra confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Pero ahora tu reino no ser duradero. El Seor ha buscado un hombre conforme a su corazn, al cual ha designado para que sea prncipe sobre tu pueblo, por cuanto t no has guardado lo que el Seor te mand.(1 Samuel 13:13-14).
Qu terribles palabras. Dios le dijo al rey, Sal, t podras haber tenido continuamente mi bendicin sobre tu vida. Yo estaba dispuesto a establecer tu reino en Israel para siempre. Tena grandes planes para ti, planes para usarte poderosamente. Pero t no pudiste tratar con tu pecado. En cambio, fuiste a ser cada vez ms duro de corazn. As que, ahora, yo me separo de ti. Inmediatamente el Espritu de Dios dej al rey - y desde ese momento Sal ya no fue ms til para el reino. Desde ese instante en adelante cada cosa que Sal hizo fue en la carne.
En estos ltimos aos, hemos visto que el Espritu de Dios obrando fuertemente en contra de ministerios de pastores carnales, evangelistas y predicadores de la TV. Dios removi su bendicin de ellos repentinamente, causando la decadencia de su trabajo ante los ojos del mundo. Y ahora mismo Dios esta listo para decirle a otros que ya no sern ms tiles para su Reino. Pienso acerca de profesores en colegios cristianos que se deleitan en quitarle a sus estudiantes la fe que poseen. El espritu de estos profesores se ha secado y se han vuelto falsos, vacos y sin fruto. Sus metas son slo escapar del infierno.
As es como termina todo cuando usted contina en pecado: se torna estril y sin frutos, y sin ningn provecho para el Reino de Dios.
Est el Seor tratando ahora mismo con su pecado? Ha lanzado a su corazn, flechas de conviccin, causndole que se sienta culpable de su pecado? No tenga temor - eso es don de Dios. El est plantando Su divino poder en usted, ensendole, "Solamente a travs de mi santo temor te apartars de tu pecado.
Una vez que se ha convencido de la maldad de su pecado, estar usted listo para el fortalecimiento del Espritu Santo. El libro de los Hechos de los Apstoles nos dice: Entonces las iglesias tenan paz por toda Judea, Galilea y Samaria; eran edificadas, andando en el temor del Seor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espritu Santo (Hechos 9:31). De la manera como estos Cristianos del primer siglo caminaron en el temor del Seor, recibieron la fortaleza del Espritu Santo.
Entonces, qu es lo que significa andar en el temor del Seor? Significa recordarse a s mismo, de sus advertencias. Significa permitirle al Espritu llegar a su corazn con su conviccin, poniendo al descubierto sus pecados, y sacarlos fuera de usted. Al hacer esto, l est poniendo las bases para que se cumplan en usted cada una de las promesas del nuevo pacto de Dios.
Entonces, cuando el temor de Dios tome control de su vida, se espantar del peligro y consecuencias del pecado. Y usted caminar cada da en este temor santo. Finalmente vers que Dios ha sido misericordioso mientras trabaja en usted, haciendo lo que l ha prometido - libertndolo del dominio y la esclavitud del pecado.