Creyéndole a Dios Más Allá de Nuestras Limitaciones
Es posible que hayas tenido un sueño relacionado con tu llamado, pero en algún momento surgió un obstáculo y perdiste impulso. Pronto te desviaste por completo y te diste cuenta de lo fácil que es hacer que tus sueños se descarrilen. Comenzaste con energía, pero las cosas cambiaron a medida que se establecía la dura realidad.
Al principio del ministerio de Jesús, su reputación de sanidades y maravillas atrajo a grandes multitudes. “Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos… Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud…” (Juan 6:3, 5).
Los estudiosos de la Biblia estiman que esta multitud era de entre 10,000 y 15,000. Sin embargo, cuando la multitud se reunió, los discípulos reconocieron un dilema: “[Jesús] dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?” (6:5). Después de la euforia inicial de los discípulos al ver a la gente, ¡la realidad se estableció con bastante rapidez!
Piensa en la emoción de tu primer trabajo. Estabas ansioso por ir a trabajar, pero a los pocos días, viste que tu jefe no era quien parecía ser, que tu colega más cercano estaba resentido contigo; y las exigencias de tu tiempo eran mucho mayores de lo que te habían dicho. Te diste cuenta: “No tenía idea de que sería tan difícil”. Felipe debe haberse sentido de esa forma al responder a Jesús: “Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco” (6:7). Esa era una gran cantidad de dinero en aquellos días.
Jesús había llamado a Felipe a una gran victoria, pero Felipe simplemente no podía verla. Lo mismo puede ser cierto para nosotros: Dios nos ha llamado a esperar grandes cosas en nuestro caminar con él, pero requiere fe. ¿Seremos descarrilados por nuestras limitaciones o creeremos que Dios hará un milagro?
El desafío de Jesús a Felipe tenía un propósito: “Pero esto decía para probarle [a Felipe], porque él sabía lo que había de hacer” (6:6). La confianza de Cristo se basó en su sentido de la realidad de Dios detrás de cada situación, cuando instruyó a los discípulos: “Hagan que la gente se siente, porque el Padre está a punto de suplir esta necesidad” (ver 6:10).
Dios te pide que confíes en su versión de la realidad más allá de lo que puedas ver. Tu situación no depende de tus recursos, depende de los recursos de Dios. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).