CREYENTES IMPACIENTES
Al parecer, el diablo percibió la impaciencia en Juan el Bautista, cuando estaba retenido en prisión antes de su muerte. La impaciencia es la inhabilidad de esperar o llevar las aflicciones calmadamente. Y cuando aumenta nuestra impaciencia con Dios, cuando nos impacientamos por no recibir respuestas de Él y mezclamos la impaciencia con la fe, nuestra actitud en oración se convierte en “incienso extraño” para el Señor. Llena nuestro ser, Su templo, con un olor repugnante. Y en vez de elevar un incienso de oración con olor dulce, despedimos un olor podrido. Satanás reconoce este olor rápidamente.
Los creyentes impacientes se ofenden cuando ven a Dios obrando milagros a todo su alrededor pero no en sus vidas. Se ofenden con lo que ellos creen que es la lentitud de Dios en contestarles y con el tiempo se sienten abandonados y aprisionados. Hebreos nos dice que tal impaciencia es una forma de pereza espiritual: “A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12). Se nos ha instruido a seguir el ejemplo de Abraham: “Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa” (6:15).
La Escritura también nos dice que “El dicho de Jehová le probó [a José]”. De igual manera hoy, las promesas de Dios pueden probarnos en ocasiones. Y si no añadimos paciencia a nuestra fe durante estas pruebas, acabaremos ofendidos con Dios. Proverbios 18:19 declara: “El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas entre hermanos son como cerrojos de alcázar”. La palabra hebrea para “ofendido” aquí significa “alejarse, apostasía”. En otras palabras, cuando estamos ofendidos con Dios, hay un peligro de salirse de la fe por completo. Y cuanto más tiempo retengamos nuestra ofensa, más difícil será liberarnos de las barras de nuestra prisión de incredulidad.
Pero Santiago 1:2-4 nos da la cura: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.