Creyentes Verdaderos, Aferrándose
La iglesia del Nuevo Testamento nació en un resplandor de gloria. El Espíritu Santo descendió sobre ella con fuego, y los primeros cristianos hablaban en lenguas y profetizaban. El temor de Dios caía sobre ellos y sobre todos los que los veían; y multitudes se convertían. Era una iglesia triunfante, sin miedo a Satanás, irreverente hacia los ídolos, inconmovible ante las plagas o la persecución. Era una iglesia lavada por sangre, que vivía y moría en victoria.
¿Cómo saldrá la iglesia en su hora final? ¿Saldrá como una iglesia gorda, próspera y egoísta? ¿Será sólo un puñado de verdaderos creyentes aguantando, viendo a la muerte y la apostasía consumiéndola como un cáncer? ¿Vivirá la iglesia de los últimos días en temor y pavor a medida que menos creyentes vencen al mundo?
Para estar seguros, habrá una caída; habrá engañadores enseñando doctrinas de demonios e incluso algunos de los elegidos serán severamente probados. Pero la iglesia de Jesucristo no saldrá lloriqueando. Saldrá victoriosa, con un gozo indescriptible, cabalgando sobre un río de paz. Saldrá en libertad de toda esclavitud, y cada miembro de esta verdadera iglesia vivirá y morirá sin temor. ¡Los creyentes de los últimos días serán tan fuertes en el Señor como los primeros cristianos!
La iglesia experimentará una derramamiento inmerecido de amor, misericordia y bondad. Llegará en un momento de gran aflicción, con ansiedad por todos lados. “Con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor… no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti” (Isaías 54:8, 10).
Dios tendrá un pueblo vencedor. Un Padre misericordioso atraerá a sus hijos a sí mismo y redimirá a las multitudes que le han dado la espalda. Lo que le está diciendo a la iglesia también lo está diciendo a los creyentes individuales. ¿Eres tú? ¿Estás experimentando una sacudida repentina y violenta? La promesa de Dios es para todos los que se ven envueltos en una tormenta. Él ha decidido cerrar las edades con una poderosa exaltación de su nombre. ¡Qué despliegue de poder será!