CUANDO LA BÚSQUEDA NO TIENE ÉXITO

Gary Wilkerson

“Y se habían perdido las asnas de Cis, padre de Saúl” (1 Samuel 9:3)

En la Palabra de Dios, las historias de objetos extraviados representan el corazón del Padre por los perdidos. Dios quiere que Su pueblo esté dispuesto a salir y rescatar lo que está perdido, y vemos que eso sucede en esta historia.

El padre de Saúl le dijo: “Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve a buscar las asnas. Y él pasó el monte de Efraín” (Versículos 3 y 4). Una caminata por las montañas de Efraín era una manera difícil de comenzar, pero Saúl estaba comprometido a cumplir la misión que su padre le había dado.

De hecho, Saúl anduvo por toda la región montañosa, buscando en todo el territorio, pero aún así no encontró las asnas. Debe haber empezado a perder las esperanzas, pero perseveró porque estaba determinado a obedecer la orden de su padre.

Finalmente, Saúl le dijo a su siervo: “Ven, volvámonos; porque quizá mi padre, abandonada la preocupación por las asnas, estará acongojado por nosotros.” (Versículo 5).

Saúl de hecho estaba admitiendo la derrota, al explicar: “Hicimos nuestro mejor esfuerzo y pensé que podíamos tener éxito, pero no fue así, entonces que tenemos que aceptarlo y seguir adelante”.

Para algunos, salir en fe es parte de un compromiso mayor de obedecer a cualquier costo. Para otros, el temor de seguir hasta el final es en realidad un miedo al fracaso. En otras palabras, esas personas no se involucran en aquello a lo que Dios les ha llamado porque temen que no tengan éxito.

Es importante que entiendas que cuando Dios te llama a hacer algo, no siempre te está llamando para tener éxito…¡Te está llamando a obedecer!

La obediencia al llamado depende de ti- ¡El éxito depende de Él!