Cuando Pareciera que Jesús Guarda Silencio
Después de que Jesús fue crucificado, José, un hombre rico de Arimatea, tomó el cuerpo de nuestro Salvador y lo colocó en su propia tumba. Luego se rodó una piedra maciza para sellar la entrada a la tumba, haciendo que todos los que eran cercanos al Maestro se sintieran profundamente desconsolados y abatidos. Las Escrituras dicen que un grupo de mujeres, incluida María Magdalena, se sentó frente a la tumba, probablemente preguntando: “¿Qué pasará ahora que Jesús se fue? ¿Cómo seguiremos? (Ver Mateo 27:57-61).
Luego estaban los discípulos, que se encerraron en una habitación, paralizados por el miedo. “Estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos” (Juan 20:19). ¿Qué estaban pensando estos discípulos? Apenas podían imaginar lo que iba a ser de todos ellos ahora que Jesús se había ido.
No podemos entender lo que la muerte de Jesús significó para sus seguidores apasionados. Su Maestro, la esperanza del mundo, había sanado a los enfermos y a los cojos, había resucitado a los muertos, liberado a los cautivos y predicado las buenas nuevas de salvación. Él fue la personificación del nuevo reino sobre el cual predicó; y cuando dijo: “Consumado es”, deben haber pensado que quería decir: “Se terminó. Hice todo lo que pude pero no pude lograrlo. Este es el final de la historia”. Todos estaban mirando las cosas con la actitud que tenían antes de la resurrección, pero hoy conocemos el glorioso final de la historia.
Lamentablemente, con demasiada frecuencia los cristianos creen en el mensaje equivocado mientras soportan las pruebas de la vida. No ven esperanza más allá de su difícil situación, como si una piedra los separara permanentemente de la confianza en las promesas de Dios. Al igual que las mujeres en la tumba o los abatidos discípulos, todo lo que pueden ver ante ellos es la derrota, ¡pero Jesús tiene la última palabra!
“Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:15). Jesús triunfó sobre todos los principados y potestades cuando se levantó de la tumba. ¡Su victoria ha vencido todos tus fracasos! Su poder puede liberarte de la adicción; su sanidad puede restaurar relaciones rotas; su amor puede conquistar cada maldad que intenta derrotarte.
¡Debes saber esto! Jesús siempre está obrando en favor tuyo y está en acción en tu vida en este mismo momento.