DECISIONES DESPEJADAS
“Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:25). Muchos de nosotros hemos escuchado la expresión “andar en el Espíritu” durante toda nuestra vida, pero ¿qué significa realmente? Creo que significa una dirección increíble y clara; y decisiones despejadas. El Espíritu Santo provee instrucciones absolutas y claramente detalladas a aquellos que caminan en Él.
Los primeros cristianos no caminaban en confusión. Ellos eran guiados por el Espíritu en cada decisión, cada movimiento, cada acción. El Espíritu hablaba con ellos y los dirigía todo el día y no se tomaba ninguna decisión sin consultárselo. El lema de la iglesia en todo el Nuevo Testamento era: “El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Andar en el Espíritu significa estar libre de preocupaciones sin importar lo que te suceda. Pablo es un buen ejemplo a seguir. Hay muchos ejemplos en la Palabra respecto al caminar de Pablo en el Espíritu, pero veamos un par de situaciones.
El Espíritu le advirtió a Pablo que su viaje a Jerusalén acabaría en que lo tomaran prisionero y ¿qué pasó? “Descendió de Judea un profeta llamado Agabo...tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles” (Hechos 21:10-11). Pablo estaba siendo advertido para que pudiera estar preparado.
Si vamos a andar en el Espíritu, debemos creerle a Dios, que él nos dará la liberación sobrenatural de cada atadura de Satanás. Pablo y Silas estaban en prisión, pero la Palabra nos dice que “a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios” (Hechos 15:25). Dios creó un terremoto y abrió las puertas de la prisión “y las cadenas de todos se soltaron” (versículo 26).
A pesar de tus circunstancias, levántate en el Espíritu, comienza a alabar, a cantar y a confiar en Dios, ¡y observa cómo te libera!