DEJANDO VERDADERAMENTE QUE JESÚS SEA EL SEÑOR
Dios quiere que crezcas en tu fe y llegues a un lugar de madurez dinámica, apasionada y espiritual. Sin embargo, él sabe que la madurez no proviene de tus propios esfuerzos; sólo Dios puede transformar tu corazón en cada área y darte el crecimiento que necesitas.
“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (1 Corintios 3:1-6).
Pablo está diciendo la verdad cuando dice que Dios da el crecimiento, pero si tú no estás creciendo en un área determinada, ¿es culpa de Dios? No, ¡Dios no tiene la culpa! Tal vez te estás resistiendo a la obra que Dios está haciendo en tu vida. En esta carta a la iglesia de Corinto, Pablo dice que los celos y las contiendas son las causantes de que la iglesia siga como un bebé en lugar de madurar. En otras palabras, él está hablando con cristianos carnales. Han invitado a Jesús a entrar en sus vidas, pero no lo han dejado ser el Señor de sus vidas.
Cuando recibes a Jesús como tu Salvador y Señor, tu vida se verá afectada; te convertirás en un tipo diferente de persona. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). ¡Incluso lo que no parece ser nuevo, se ha vuelto nuevo porque él está en el proceso de limpieza, cambio y transformación!