DERRAMADO POR LOS DEMÁS
Estoy seguro de que es el deseo de todo creyente amar como Cristo ama -vivir lo que dice la Escritura, recorrer el camino que Jesús estaba dispuesto a recorrer por la humanidad perdida. Y de esta manera nos disponemos a obedecer Su mandamiento de amar a los demás como Él nos ama. . . hasta que, al igual que Pedro, nos damos cuenta de las limitaciones de nuestra propia capacidad para realmente poder hacerlo.
Después de todo, abrir el corazón a otras personas siempre implica un riesgo. Muchos han amado profundamente, han dado generosamente, han abierto su corazón, y finalmente han sido apuñalados por la espalda. Sí, a veces estas cosas pasan. Las personas pueden huir y negar que alguna vez nos conocieran; otros que una vez eran muy cercanos y decían amarnos terminaron huyendo en nuestro momento de necesidad. ¿Pero vamos a dejar que eso nos impida darnos a ellos?
Jesús dijo una vez a sus discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:24). No hay manera en que puedas tomar tu cruz y escapar de la traición. Llegará un momento en que la gente va a escupirte en la cara, pero como seguidor de Cristo, debes continuar a amándolos.
Cuando Jesús dijo: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado", no era una sugerencia sino un mandamiento. Sin embargo, también debemos entender que Él en realidad estaba añadiendo otro mandamiento a una serie de mandamientos que nadie había sido capaz de guardar. La ley y los mandamientos de Dios estaban destinados a resaltar lo inútil y estéril de nuestro intento de convertirnos en devotos en nuestra propia fuerza. Por lo tanto, creo que estarás de acuerdo conmigo en que la gran necesidad de esta hora es otro derramamiento del Espíritu Santo. Necesitamos el amor, la compasión y la benevolencia que marcó la iglesia primitiva, y que debe nacer y ser sostenida en nosotros por Dios.
Todo comienza con la voluntad de decir: “Dios, derrama Tu Espíritu, y ayúdame a amar como Tú lo haces. Te doy gracias por las bendiciones en mi vida, pero estoy consciente de que me han sido dadas por una razón, así que no permitas que sea ciego a ese propósito. No me dejes simplemente tomar todo y usarlo para mi propio beneficio. Oh, Dios, abre mis ojos y mi corazón; dame el valor para amar. Llévame adonde no puedo ir en mi propia fuerza. Hazme capaz de seguirte hasta el lugar donde Tu fuiste- ¡donde fuiste derramado por los demás!"
Carter Conlon se unió al equipo pastoral de la Iglesia Times Square en 1994, por invitación del pastor fundador David Wilkerson, y fue nombrado para el cargo de Pastor Principal en 2001.