DESCANSA EN ÉL

Gary Wilkerson

Bajo presión, muchos de nosotros repasamos nuestra necesidad: "Si solo tuviera tal cosa... si pudiera trabajar en esa debilidad...” Pero Jesús nos dice que no nos fijemos en nuestra necesidad sino en Aquel quien suple nuestras necesidades. "Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? (Mateo 6:25-27).

En el antiguo testamento, cuando las cosas parecían imposibles para el rey Asa, él se concentraba en su proveedor, no en su problema. Cuando el reino estaba rodeado por un enorme ejército enemigo y no se veía ninguna esperanza, Asa oró: "Señor, no sé qué hacer, pero mis ojos están puestos en ti" (Ver 2 Crónicas 14:9-12)

Jesús nos muestra que debemos dar gracias en medio de nuestras situaciones. Frente a multitudes hambrientas con solo un puñado de panes y pescados, Jesús dio gracias a Dios:"Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió" (Juan 6:11).

Jesús agradeció al Padre incluso antes de que la necesidad fuera satisfecha - y el milagro ocurrió inmediatamente después. "Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo" (6:12-14).

Tu situación no depende de tus recursos, sino depende de Dios. "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" Filipenses 4:19).

Probablemente tu corazón haya llorado amargamente sobre tu necesidad. Ahora no es momento de revisar tus errores; en lugar de eso, es el momento de recordar la bondad de Dios. Es momento de dejar de preocuparte de tu gran necesidad y en lugar de ello comenzar a dar gracias a Dios. Es tiempo de sacar fuerza de la familia de la fe cuando te falta fe por ti mismo. Puedes estar seguro, tu Dios está a punto de mostrarse poderosamente en tu vida. ¡Créelo y hallarás descanso en él!