DESVÍOS DE SU PLAN

Nicky Cruz

¿Le preocupa realmente a Dios cuando nos desviamos del camino que Él ha establecido para nosotros?

Muchos podrían debatir conmigo acerca de este punto, pero estoy convencido de que Dios tiene destinado un papel específico para cada uno de nosotros. Él nos ha dado dones, talentos y un entusiasmo únicos, y ha creado un pacto individual para nosotros que se ajusta a esos dones. “Porque yo sé los planes que tengo para ustedes”, nos dice Dios a través del profeta Jeremías (Ver Jeremías 29:11). Nada se deja al azar cuando se trata de Dios. Mucho antes que Él nos haya creado, sabía lo que quería que logremos. Él sabía a cuales personas quería que tocáramos y a quienes quería poner en nuestras vidas para que nos toquen. Tú y yo fuimos creados con un propósito, y el plan perfecto de Dios es que nos apropiemos ese propósito.

Todos tomamos desvíos del plan de Dios, y lo haremos hasta el día en que muramos. Dios se mantiene paciente y fiel, pero ¿Cuánto mejor serían nuestras vidas si nos esforzáramos todos los días en mantener el rumbo que Dios puso delante de nosotros? ¿A cuántas personas podríamos bendecir si permitiéramos que Dios obre a través de nosotros cada día? ¿Cuánto más efectivos seríamos en la vida y el ministerio si sólo aprendiéramos a dejar que Dios establezca nuestra agenda?

Aún no estoy seguro de la razón por la cual Dios me escogió cuando era un joven cristiano y me moldeó hasta convertirme en un evangelista, pero este es el plan que hizo para mí y trato de llevarlo a cabo lo mejor que puedo.

¿Y qué hay de ti? ¿Has aceptado el plan que Dios tiene preparado para ti? ¿Has buscado Su propósito para tu vida para luego disponerte hacia su cumplimiento? ¿O estás viviendo tu vida tomando un desvío tras otro?

Es una pregunta que cada uno de nosotros tiene que hacerse, y que Dios quiere responder.

 

 

Nicky Cruz, evangelista internacionalmente conocido y prolífico autor, se volvió a Jesucristo de una vida de violencia y crimen después de encontrarse con David Wilkerson en la ciudad de Nueva York en 1958 La historia de su dramática conversión fue contada por primera vez en el libro “La Cruz y el Puñal” escrito por David Wilkerson y más tarde en su propio best seller “Corre, Nicky, Corre”.