¡Un Fuego para Nuestra Generación!
“Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude” (Jeremías 20:9).
Jeremías profetizó a una nación aterrorizada. El clamor en Israel era “¡Temor por todas partes!” (ver Jeremías 6:25, 20:10, 49:29). Mientras la gente estaba aterrorizada, el profeta estaba afligido y preocupado por lo que veía que estaba sucediendo en la tierra. La inmoralidad estaba desenfrenada y el pueblo de Dios se encontraba en una terrible decadencia espiritual.
Si Jeremías viviera en Estados Unidos hoy, creo que vería que está sucediendo lo mismo en nuestra tierra. Nos diría que estamos enfrentando exactamente lo mismo que su generación enfrentó: un colapso moral, una ola de perversión sexual sin precedentes y una sociedad que rechaza rápidamente a Dios.
Hay algo aún más preocupante que esto. Trágicamente, la iglesia de Cristo no ha sido eficaz en cambiar el rumbo. El pueblo de Dios está demasiado falto de oración y, por lo tanto, impotente en el momento preciso en que deberíamos estar invocando a Dios con fervor efectivo. Nos hemos vuelto espiritualmente anémicos, distraídos por el entretenimiento y la búsqueda de antojos carnales.
Una cita famosa, atribuida a C. H. Spurgeon o a Archibald Brown, profetizó todo esto hace más de un siglo: “Llegará un tiempo en que, en lugar de pastores que apacienten a las ovejas, la iglesia tendrá payasos que entretengan a las cabras”. Ese tiempo ha llegado. Ha llegado la hora del arrepentimiento del corazón, del avivamiento en la iglesia y de un despertar espiritual en nuestra nación.
¡Oh, que Dios nos diera el fuego de Jeremías para nuestra generación! ¡Oh, que los hombres y mujeres de Dios recuperen su celo por la supremacía de Jesucristo! ¡Oh, que los líderes vuelvan a predicar la Palabra de Dios sin concesiones y a llamar al arrepentimiento, a la santidad y a la pasión por él!
Es tiempo de orar. Es tiempo de que cada uno de nosotros apele al cielo para que haya un avivamiento en la iglesia y un despertar en la nación. Jeremías dice que la Palabra de Dios nos dice que debemos confiar y creer en Él para que se mueva en una generación. Les imploro que comiencen a orar ahora para que todos los pastores y líderes de la iglesia sean mensajeros fieles y fervientes de Su Palabra por el bien de nuestra nación.