¿Cómo Navegar a Través de la Duda?

Gary Wilkerson

¿La duda nos hace más fuertes? ¿Es 'cristiano' tener dudas? Hay muy pocas cosas de las que no dudo. A lo largo de mi vida y sus muchos giros y vueltas, a menudo me he llenado de dudas. La buena noticia es que la duda no te va a robar la bondad de Dios. Él no se apartará de ti solo porque tu fe esté mezclada con preguntas e incertidumbres. Jesús todavía sanó al hijo del padre que clamaba: “Creo; ayuda mi incredulidad!” (ver Marcos 9:17-27).

Dios es un Dios santo, y siempre debemos acercarnos a él con reverencia; pero la duda no es irreverencia, y Dios entiende nuestras preguntas. Él no disminuye su relación con nosotros o su poder para hacer milagros en nosotros, si nuestra fe a veces se mezcla con la duda.

Lo creas o no, la duda puede promover una mayor revelación de Dios dentro de nosotros. Podemos ver más de la gloria de Dios cuando estamos dispuestos a luchar con nuestros conflictos y llegar al otro lado de nuestras preguntas con una fe más sólida y un conocimiento más profundo de él. Hay tres pasos para atravesar la duda. Primero, aborda tu duda con un corazón honesto. Si decimos: “Quiero la verdad y la vida”, encontraremos la verdad y la vida. Si estamos tratando simplemente de demostrar un punto o de evitar la obediencia a Dios, no estamos siendo honestos.

Luego, dedica tiempo a meditar y estudiar las Escrituras. Vivimos vidas tan ocupadas que muchos de nosotros nos aferramos a dudas que simplemente hemos ignorado durante años. No nos tomamos el tiempo para contemplar en silencio y entrar en esas dudas. Yo uso un bloc de notas y escribo las cosas con las que estoy luchando. Tomo mi Biblia y busco la armonía de la Palabra de Dios y el Espíritu Santo.

Finalmente, encuentra un buen amigo cristiano con quien hablar. Si estás en un ambiente de iglesia donde no puedes expresar tus dudas, necesitas encontrar una persona de fe que te escuche con un corazón abierto. Incluso los pastores enfrentan dudas y necesitan especialmente un amigo o consejero de confianza.

No tengas miedo de llevar tus preguntas a Dios. Él ama tu honestidad y ha provisto un camino claro de la duda a la fe. Es un proceso de meditación de por vida, escudriñando las escrituras y buscando a Dios; pero siempre producirá una relación más fuerte, más robusta con él. Si eres como yo, disfrutarás del viaje.