¿Dónde Debo Invertir?

Carter Conlon

La inestabilidad del mercado global actual ha dejado a las personas en apuros para encontrar los lugares más inteligentes para invertir. Después de todo, no hay estrategias de inversión que puedan garantizar dividendos en medio de un futuro incierto… excepto una. El Señor ofrece un principio divino que, si se le presta atención, sostendrá a su pueblo en los días venideros: aprender a invertir en las personas.

Si verdaderamente compartimos el corazón de Dios, otras personas deberían ser nuestro enfoque. Este concepto es contrario a nuestros instintos naturales, particularmente en tiempos de calamidad. Todo nuestro enfoque se vuelve hacia adentro y nuestra tendencia es retirar nuestra mano de hacer el bien y, en cambio, comenzar a clamar por nosotros mismos. Cuando los discípulos se encontraron en medio de una tormenta y vieron que Jesús estaba dormido en la parte trasera de la barca, comenzaron a gritar: “Maestro, ¿no te importa que perezcamos?” (ver Marcos 4:35-39).

Ellos descuidaron por completo el hecho de que otros pequeños barcos viajaban con ellos en la misma tormenta. Los discípulos fueron los únicos en la tormenta que realmente vieron a Dios y supieron que estaba con ellos. Tú pensarías que su clamor sería “Maestro, despierta. Hay gente ahí fuera en barquitos que se están muriendo. Nosotros te tenemos a ti, aquí con nosotros; tú nos has dicho que vamos al otro lado y eso es suficiente. Pero otros no te tienen con ellos. ¡Debes hacer algo!” Por supuesto, las otras personas no eran su preocupación principal en este momento. Por lo general, lo último que tenemos en mente durante una calamidad es invertir en otras personas.

Sin embargo, dar a los demás, particularmente en nuestro propio momento de necesidad, es lo que realmente nos sustentará. Nunca debemos olvidar que las personas son el foco de Dios. Él vino al mundo para redimir a la humanidad caída, para salvarte a ti y a mí. Él no vino para hacernos sentir mejor con nosotros mismos o para darnos una porción más grande del pastel socioeconómico. Como nos dice el conocido versículo, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3:16). Para él, la redención de nuestras almas valía el precio de su propia sangre y el guardar y consagrar nuestras vidas valía el depósito de su propio Espíritu. ¡Qué increíble inversión ha hecho en la humanidad! Demos a los demás en agradecimiento por este gran regalo.

Carter Conlon se unió al equipo pastoral de la Iglesia Times Square en 1994, por invitación del pastor fundador David Wilkerson, y fue nombrado para el cargo de Pastor Principal en 2001. En mayo de 2020, él pasó al cargo de Supervisor General de la Iglesia Times Square Inc.