Córtalos y Échalos de Ti

David Wilkerson (1931-2011)

"En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:1-3).

Jesús comenzó una siguiente oración con una palabra que significa “a la luz de esto”. Él estaba a punto de relacionar su siguiente declaración con todo el contexto de la lección que había estado enseñando acerca de mezclar las obras con la cruz. “Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego” (Mateo 18:8-9).

Cuando Jesús dijo: “Córtalo y échalo de ti”, él estaba hablando primero a los oyentes judíos sobre su confianza en sus propias buenas obras. La mano, el pie y el ojo representan la carne, instrumentos de independencia, por los cuales el hombre sigue su propio camino, confiando en la voluntad propia y el esfuerzo humano para librarse de las ataduras pecaminosas.

Cristo le estaba diciendo a tal persona, “Tu ojo está puesto en la cosa equivocada. Estás viendo tu propia habilidad y poder. Por lo tanto, sácate el ojo. Tienes que deshacerte de tu cuerpo, mente y corazón de todos esos malos pensamientos. Quítalos quirúrgicamente. Corta toda esperanza de ofrecer a Dios cualquier cosa de tu propio mérito o bondad. La lujuria y las ofensas deben ser cortadas pero no por tus manos. Es la obra del Espíritu”.

Simplemente corre a los brazos de Dios. Humíllate como un niño abrazando la victoria de Cristo en la cruz. Comprométete a una vida de total devoción y dependencia del Padre Celestial. Debido a la obra de Jesús en el Calvario, ya no eres tuyo. Él te ha comprado. Su Espíritu cumplirá la demanda de Dios de santidad en ti.