Cada Palabra y Promesa se Cumplió

David Wilkerson (1931-2011)

José estaba en una de sus horas más oscuras; estaba solo, abatido, a punto de renunciar a sus sueños y cuestionando su lugar en Dios. De repente, la llamada vino de uno de los guardias del rey, “¡José! Límpiate. ¡Faraón te está llamando!”

En ese momento, creo que el Espíritu de Dios vino poderosamente sobre José y su corazón saltó de emoción. Él estaba a punto de entender de qué se trataba. Mientras José se afeitaba y se arreglaba el cabello, probablemente pensó: “Este es el inicio de lo que Dios me prometió. Ahora sé que oí de él. El diablo no ha tenido el control y mi vida no ha sido desperdiciada. Dios ha estado dirigiendo todo todo el tiempo”.

En cuestión de minutos, José estaba de pie ante Faraón escuchando su sueño. José dio la interpretación de la hambruna venidera y le dijo a Faraón que tenía que recoger y almacenar el grano de la nación. “Alguien debe estar a cargo de los almacenes. Tienes que encontrar un hombre que esté lleno de sabiduría para supervisarlo todo” (ver Génesis 41).

Faraón miró a su alrededor y luego se volvió hacia José. “¡Tú! Te nombro segundo gobernante. Solo yo tendré más poder en el reino que tú. Tú lo supervisarás todo”.

¡Qué rápido habían cambiado las cosas! Llegó el día en que José se paró frente a sus hermanos y pudo decir: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20), y más tarde declaró: “Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto” (Génesis 45:7-8).

Querido amigo, muy pronto comprenderás tus actuales pruebas de fuego. Dios cumplirá la promesa que te dio y de pronto todo tendrá sentido. Verás que nunca te abandonaó. Él te ha estado entrenando, preparando, enseñando a confiar en él en todo. Él ha planeado un tiempo para que tú seas usado y ese tiempo está por venir.