Cambiando Tragedia en Triunfo

Keith Holloway

Hoy somos una nación que se encamina hacia la tragedia a menos que transformemos la tragedia en triunfo. Sé que esto es cierto y voy a compartir lo que dicen las Escrituras respecto a la solución. Comenzando en el libro de Jeremías, Dios había llamado al profeta a su servicio, y Jeremías tuvo que ir y hablarle a una nación que en gran medida había rechazado a Dios. Habían vuelto a representar a Dios en un tipo diferente de deidad y habían introducido religiones falsas y prácticas falsas.

Dios, a través de Jeremías, los llamó repetidamente de vuelta a él durante 40 años. Dios les dijo una y otra vez: “Si no regresan a mí, permitiré que sus pecados los corrijan. Si no son corregidos, entonces una tragedia caerá sobre esta nación”.

Estados Unidos se llama una nación cristiana, pero si has estado escuchando, si has estado observando, más aún si has estado discerniendo por el Espíritu Santo según la palabra de Dios, sabrás que realmente somos una sociedad post cristiana y estamos en una espiral descendente. Existen los siguientes tres tipos de personas en cada nación: los que rechazan a Dios, los religiosos hacia Dios y los que tienen una relación con Dios. Si los que tiene una relación con Dios disminuyen, la sociedad muy rápidamente se ubica en un mal lugar. Entonces, ¿cómo convertimos la tragedia en triunfo?

Después de que Israel rechazara al Señor, quebrantó tantos mandamientos, trajo todas estas prácticas corruptas a su sociedad y quebrantó el corazón del Padre, Dios dijo:"Después de hacer todo esto, se volverá a mí” (Jeremías 3:7).

¿No es maravilloso? Dios dice: “Solo reconoce tu iniquidad, que te has rebelado contra el Señor tu Dios. Si haces esto, si verdaderamente confiesas tus pecados, si vienes a mí con todo tu corazón, te sanaré”.

Pablo captó la respuesta correcta a esto en sus escritos, con un corazón de angustia y arrepentimiento. “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro” (Romanos 7:24-25). Hoy, debemos oír esta palabra de Cristo: “¡Vuélvanse a mí!” Eso es todo. Es la sencillez, mis amigos. Todo lo que Estados Unidos ha hecho y está haciendo en este momento es lo que nos está precipitando hacia el juicio. La palabra de Dios todavía dice: “Conviértanse y arrepiéntanse. Vuelvan a mí”.