Consuelo a través de la Misericordia

David Wilkerson (1931-2011)

Cada vez que muestras misericordia, cada vez que eres amable y misericordioso con otro creyente, le estás dando consuelo.

Un hombre de nuestra iglesia me detuvo después de un servicio reciente y me dijo: “Hermano Wilkerson, déjeme decirle por qué asisto a esta iglesia. Mi madre de noventa años falleció hace poco. Durante los últimos cuatro años estuvo postrada en cama y yo la cuidé. En la iglesia a la que asistía, tenía que salir temprano del servicio dominical para ir a atenderla. Después de un tiempo, el pastor se cansó de eso y, delante de toda la congregación, me dijo: ‘Si te vas a ir, vete ahora, antes de que empiece a predicar’”.

Entonces el hombre dijo: “Aquí en la iglesia de Times Square, nadie me ha dicho nunca nada sobre salir temprano. Puede que a usted le parezca algo insignificante, pero para mí es algo muy importante. No he tenido que explicarle a nadie aquí que iba a salir temprano para llegar a casa y cuidar de mi madre”.

La misericordia debe manifestarse en las cosas cotidianas. A veces, la misericordia puede ser tan sencilla como una sonrisa que transmite comprensión o un brazo sobre los hombros de alguien. Puede ser tan sencilla como un rostro compasivo o una palabra dirigida a alguien que está sufriendo.

Nunca podrás ofrecer misericordia si piensas constantemente en ti mismo. ¿Cómo puedes ofrecer consuelo a los demás si tú aún no has aprendido a recibir consuelo de la misericordia de Dios?

La Escritura enseña: “El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación” (2 Corintios 1:4-6).

Los cristianos misericordiosos son los consoladores del Señor. Pueden mostrar y expresar misericordia y bondad amorosa porque han experimentado el increíble consuelo de la misericordia de Dios.