Deshaciéndote de tu Etiqueta
El Nuevo Testamento es la historia de las historias, y todo empieza mal. La mayoría de las historias de aventuras comienzan con la maravillosa “Había una vez”, pero Mateo comienza su libro con una genealogía. ¿Por qué haría eso? La mejor historia jamás contada comienza como una guía telefónica con una larga lista de nombres impronunciables. Sin embargo, esto es importante. Lo que hace que esta lista sea sorprendente es que algunos nombres pertenecen a personas que tuvieron un pasado cuestionable.
Uno de estos nombres es Rahab del libro del Antiguo Testamento de Josué, cuyo acto de salvar a los espías hebreos la llevó al salón de la fe. “Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.” (Hebreos 11:31). No solo se salvó, sino que se casó con un hombre judío.
Ahora no te pierdas esto. Casi cada vez que se menciona el nombre de Rahab tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, dice: “Rahab la ramera”. ¿Qué te parecería que cada vez que alguien dijera tu nombre, incluyera con él la peor época de tu vida? ¿Te imaginas ese acto o el momento del que más te arrepientes fue el sobrenombre conectado a tu nombre?
¿Y si se viera así? Usaré mi nombre para no acusar a nadie. Tim el ladrón. Tim el malversador. Tim el adúltero. Tim el abortista. Tim el golpeador de esposas. Tim el divorciado. Tim el adicto al porno. Tim el alcohólico. Tim el desempleado. Piensa en la etiqueta que estaría después de tu nombre. Para Rahab, la etiqueta de "prostituta" la conectaba con su pasado.
Si el tiempo sanara las heridas o la vergüenza, no necesitaríamos a Dios. El tiempo no es tan fuerte, pero Dios sí lo es. Solo hay un lugar en toda la Biblia donde se elimina "ramera" del nombre de Rahab. Es cuando su nombre se conecta con Jesús en la genealogía de Mateo: “Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David” (Mateo 1:5-6). La única forma en que el pasado nos deja ir es cuando se confronta con un futuro en Jesús.