Dios Cumplirá Sus Propósitos
Pedro fue el hombre que dijo que nunca abandonaría a Jesús. Pedro no sólo terminó negando que conocía al Señor, sino que lo hizo con un torrente de blasfemias saliendo de su boca.
“Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos… Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis” (Marcos 14:69-71).
Si hubieras estado parado cerca del fuego oyendo a Pedro, quizás hayas pensado: “¿Es este el hombre que estaba en el Monte de la Transfiguración? ¿Es éste el que imponía las manos a los enfermos y estos sanaban, el que tenía las llaves del reino? ¡Escucha lo que sale de su boca! ¿Cómo pudo caminar tan íntimamente con el Señor y luego acabar así, mintiendo, maldiciéndolo y negándolo? Todo ha terminado para Pedro. Bien podría volver a sus redes de pesca. Nunca más se volverá a saber de él”.
Si hubieras corrido hacia el Señor, reclamándole acerca de la maldición de Pedro, él habría respondido: “Sí, Pedro me ha fallado; pero conozco su corazón. Dentro de unas horas él estará en una colina, llorando y volviendo a mí. Él está en camino a Pentecostés y a una vida de ministerio para mí. De hecho, él morirá como un mártir, crucificado cabeza abajo por mí”.
“Si somos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13). Es cierto que Pedro fue terriblemente infiel, pero Dios permaneció fiel y su propósito eterno en la vida de Pedro no fue frustrado. ¿Por qué? Porque Dios no puede negar quién es.
No importa lo que hayas pasado o lo que hayas hecho, Dios mira tu corazón. Si tienes un espíritu quebrantado y contrito, él estará ahí para ti. ¡Su propósito eterno para ti no se arruinará porque él lo llevará a cabo!