Dios No se Irá

David Wilkerson (1931-2011)

El Salmo 107 ha sido llamado “la fiesta del amor del Antiguo Testamento”. Uno de los pasajes más alentadores de toda la Palabra de Dios, es para aquellos que necesitan perdón, liberación o restauración. El último versículo promete al lector una comprensión de quién es Dios realmente. “¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las misericordias de Jehová?” (Salmos 107:43).

“Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo, y los ha congregado de las tierras, del oriente y del occidente, del norte y del sur. Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde vivir. Hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos” (Salmos 107:1-5).

Aquí hay una clasificación de personas que una vez conocieron la plenitud del Señor y en algún momento de su vida descubrieron la liberación gloriosa. Ahora, sin embargo, se encuentran en un desierto solitario, vagando solos y no pueden encontrar la ciudad.

“La ciudad” en el Antiguo Testamento siempre es Sion, que representa la verdadera iglesia de Dios. Hoy, por supuesto, representa el verdadero cuerpo de Cristo, aquellos que adoran en espíritu y en verdad pero que parecen no poder encontrar “la ciudad”. Ya no asisten a la iglesia y se niegan a adorar con ningún grupo de creyentes porque hay poca o ninguna realidad espiritual que encontrar.

De hecho, hay multitudes de cristianos hambrientos que hoy van de iglesia en iglesia, tratando de encontrar su lugar. Al final, desisten incluso de buscar una buena iglesia porque están decididos a que no la haya. Tal vez tú dices: “Hermano David, no puedo encontrar una iglesia centrada en Cristo y que busque la santidad en mi área. No puedo encontrar la ciudad”.

Amados, Dios ha provisto una solución. “Entonces clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones. Los dirigió por camino derecho, para que viniesen a ciudad habitable” (Salmos 107:6-7).

Dios dice: “Les mostraré el cuerpo; los conduciré directamente a ellos”. Tengan la seguridad de que Jesús tiene su cuerpo de creyentes en todo el mundo; y si clamas a él, milagrosamente te traerá cristianos de ideas afines.