Dios No te ha Pasado por Alto

David Wilkerson (1931-2011)

Una de las cargas más grandes que tengo como pastor del Señor es: “Oh, Dios, ¿cómo traigo esperanza y consuelo a los creyentes que están pasando por tanto dolor y sufrimiento? Dame un mensaje que removerá su duda y miedo. Dame la verdad que secará las lágrimas de los afligidos y pondrá una canción en los labios de los desesperanzados”.

El mensaje que oigo del Espíritu Santo para el pueblo de Dios es muy simple. “Vayan a mi Palabra y permanezcan firmes en mis promesas. Rechacen sus sentimientos de duda”. Toda esperanza nace de las promesas de Dios.

Recibí una carta recientemente que contiene una hermosa ilustración viviente de esto. Era de una madre que escribió: “Mi hija tiene dieciséis años. Tiene una degeneración física en sus músculos, ligamentos y articulaciones. Tiene dolor extremo las veinticuatro horas del día. Perdí a mi hijo por suicidio en 1997 debido al mismo dolor. Él tenía veintidós años cuando, después de nueve años de sufrimiento, se quitó la vida. No pudo soportar el dolor.

“Mi hija era bailarina y anhelaba ir a la escuela Julliard en la ciudad de Nueva York. Sus sueños se hicieron añicos cuando fue atacada por la misma enfermedad que atormentó a su hermano. El médico dijo que en una escala del 1 al 10, su dolor está en 14. La cantidad de analgésico que necesita para que haga efecto en ella destruiría sus riñones, por lo que no puede tomar la medicina”.

“Ella ama al Señor y es un gozo tenerla cerca. Es una maravillosa poetisa cuyos escritos han aparecido en más de 15 publicaciones y figura en 'Quién es quién internacional en poesía’”.

Ante todo, en medio de un estremecimiento incesante de cuerpo y alma, esta madre y su hija han puesto su esperanza en la Palabra de Dios para ellas. Él les ha dado paz. ¿Ha tratado el enemigo de decirte que Dios te ha pasado por alto? ¿Has sido tentado a concluir que el Señor no está contigo? ¿Has casi renunciado a tu fe? Pon tu esperanza en la Palabra del Señor para ti, que dice: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5); y “Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron” (Salmos 9:9-10).