El Cántico de Moisés
Moisés dijo: “¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua” (Éxodo 4:10). Dios le había ordenado a Moisés que dirigiera, pero Moisés dudaba de su habilidad porque no hablaba bien.
Algunos de los que leen esto dicen: “Dios me ha dado una dirección, pero mis recursos son demasiado escasos para cumplirla”. Algunos piensan que no cantan lo suficientemente bien o que les falta capacidad de liderazgo. Sin embargo, Dios dice: “Todo lo puedes en Cristo que te fortalece”. En medio de la falta de recursos, Dios se revela.
Yo creo que a veces Dios nos niega recursos. No lo hace para castigarnos ni hacernos daño, sino para revelar su gloria y demostrar que tiene todo lo que necesitamos y que tiene el control de todo.
En Éxodo 14, vemos a los hijos de Israel huyendo de Egipto mientras Dios los envía a acampar junto al Mar Rojo. Acampar junto al mar en el momento adecuado es genial, pero cuando tienes un ejército de miles de carros y soldados enemigos fuertemente armados que te persiguen, es posible que empieces a pensar: “¡Oh, oh! Este no es el lugar donde quiero estar ahora. Tal vez este no sea el momento ni el lugar adecuados, Dios”.
Cuando algo así sucede, surge una fuerte tentación de empezar a cuestionar a Dios: “¿Dónde estás, Dios? ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué no te muestras fuerte?”.
Sabemos que el cruce del Mar Rojo fue un éxito. Cuando los hijos de Israel cruzaron al otro lado, comenzaron a cantar lo que se llama “El Cántico de Moisés” o “El Cántico de la Liberación”.
“Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré” (Éxodo 15:1-2). Amigo, ten ánimo. ¡Éste es nuestro cántico también!