El Dios del Infinito y Más Allá
“¡Al infinito y más allá!” Cualquier cinéfilo familiarizado con la exitosa franquicia Toy Story conoce el eslogan icónico de Buzz Lightyear. ¿Hay algo que exprese mejor las posibilidades ilimitadas?
Este concepto simple es la esencia de quién es Dios. Lo hemos adornado, teologizado y complicado hasta que nos duele el cerebro, pero el simple hecho es que Dios, nuestro creador, él mismo es el infinito y más allá. Los científicos siempre han pasado, y siempre pasarán, sus vidas tratando de perforar agujeros en la infinidad de Dios. No pueden, ni siquiera con lógica pura, medir la verdad de quién es Dios. Cuanto más alto y más profundo van, allí está él en todo su misterio, posibilidad y asombro.
La palabra en latín “omni” se usa para definir a Dios principalmente de tres maneras: omnipotente (todopoderoso), omnisciente (todo lo sabe) y omnipresente (en todas partes, al mismo tiempo). En el Salmo 139, David atravesó los cielos, dejando que su mente fuera al infinito y más allá para ver si Dios estaba realmente en todas partes. Su alegría y sensación de tremendo consuelo palpitan en cada verso mientras encuentra a Dios en cada rincón del universo.
“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás… Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz” (Salmos 139:7-8, 11-12).
Recientemente, Elmo, el personaje de Plaza Sésamo, envió un inocente tweet: “¡Elmo acaba de registrarse! ¿Cómo están todos? La sorprendente respuesta fue un "descarga de traumas" por parte de miles de usuarios de las redes sociales que expresaron su tristeza, soledad y depresión. Un usuario, que dijo que estaba en su límite, recibió más de medio millón de me gusta. Esta efusión de tristeza hacia un títere fue profundamente reveladora para mí. Somos un mundo de silos con personas desesperadas por conectarse y desesperadas por el Dios que los creó. ¡Oh, si pudiéramos conocer al Dios del infinito!
Si te sientes solo, debes saber esto: no hay ningún lugar en la tierra o en el cielo al que puedas ir donde Dios no esté. Él está a tu lado sin importar dónde estés y nunca te dejará. Tienes un futuro lleno de esperanza ilimitada gracias a él. ¡Invócalo hoy!