El Evangelio de lo que Hizo Jesús

Gary Wilkerson

Yo crecí en una iglesia pentecostal donde todos los domingos el predicador nos confrontaba por varios pecados que habíamos cometido o que estábamos pensando cometer o que muy pronto cometeríamos. Él nos enseñaba que cada vez que uno comete un pecado, pierde su salvación; así que tenías que venir al altar y volver a entregar tu vida a Jesucristo una vez más.

Eso se llama predicar la ley; y estaba repleto de “debes”. Tú debes. Tú debes hacer esto. Tú debes hacer aquello. No deberías hacer esto. No deberías hacer aquello.

Ahora, cuando yo era adolescente, en los años 70, noté un cambio en la iglesia. Se alejó de esta ley del “tú debes" a un nuevo movimiento carismático de “tú puedes". Puedes hacerlo. Puedes prosperar. Puedes soñar cualquier sueño. Puedes tener lo que quieras. Puedes nombrarlo y reclamarlo. Puedes ser todo lo que quieras ser y Dios está ahí para ayudarte.

De hecho, la razón por la que querías ser salvo es porque Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida. Si vienes a una iglesia y escuchas al pastor decir: "Dios te ama" y estás pensando: "¡Excelente, porque yo también me amo!" Luego dice: “Dios tiene un plan maravilloso para tu vida” y tú dices: “¡Hermoso, porque yo también tengo planes maravillosos para mi vida! Este Dios parece que podría ser de gran ayuda, un gran asistente para mi agenda de amarme mucho y tener un plan maravilloso para mi vida". Entonces, la gente se unía a las iglesias, en base a un falso evangelio.

Durante ese tiempo, pasamos de un "evangelio" que decía: "Debes hacer esto y no debes hacer aquello" a un "evangelio" que dice: "No hay nada que no puedas hacer. ¡Siempre se trata de ti!"

No importa de qué manera este llamado "evangelio" se acomode, sigue siendo un evangelio centrado en el hombre.

El evangelio no es “tú puedes". El evangelio no es “tú debes”. El evangelio es: “Jesús lo hizo”. Una vez que aceptas eso, finalmente estás en un lugar donde el poder de la resurrección de Jesús puede levantarte y su justicia puede empezar a obrar en ti y a través de ti.