El Poder y la Autoridad de Cristo
Un amigo mío estaba buscando construir una ampliación a su iglesia, pero primero tenía que obtener el permiso de la mayoría del vecindario dentro de un área de tres cuadras. Fue de puerta en puerta con una encuesta, y casi todos los vecinos dijeron: “Absolutamente, puedes agregar más. Hemos vivido a tu lado durante 10 años y nunca nos has molestado”
A solo dos cuadras de distancia, alguien le dijo: “Claro. Ni siquiera nos hemos dado cuenta de que estabas allí”. Él se quedó horrorizado porque se dio cuenta de que su iglesia solo estaba teniendo un impacto en sus asistentes.
Jesús dio el poder y la autoridad a sus discípulos para alcanzar a los inconversos. “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos” (Lucas 9:1-2). Yo quiero decirte hoy que tú no eres menos ungido que estos hombres. Sus promesas a la primera generación en la iglesia del Nuevo Testamento no son diferentes a las promesas que él tiene para ti y para mí hoy.
El poder de Dios en nuestras vidas demuestra su corazón para sanar y liberar, para tomar a personas cuyas vidas han sido arruinadas por fuerzas demoníacas y liberarlas. “Como ministros de Dios, en mucha paciencia… en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra” (2 Corintios 6:4-7).
Tu iglesia está destinada a tener un impacto de tal manera que haga que las ciudades se arrepientan. Dios nos ha equipado para alcanzar a los perdidos. El Espíritu Santo quiere usarte de tal manera que veas como algo natural funcionar sobrenaturalmente en señales y prodigios. La sanidad es central en el plan de Dios porque su bondad nos lleva al arrepentimiento. Ganar almas es central en el plan de Dios. Eso es lo que trae arrepentimiento a una ciudad.