El Propósito de Dios en Nuestra Generación
En las Escrituras, los creyentes son llamados a ver y experimentar el potencial que Dios ofrece en cada etapa de nuestras vidas. Uno de mis “versos de vida”, que ha sido una fuerza impulsora en la búsqueda de la voluntad de Dios para mí, se encuentra en Hechos. “Levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero… Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres” (Hechos 13:22,36).
Absorbe este versículo y examina en tu corazón haciéndote esta pregunta: ¿Sirvo a Dios en la temporada actual de mi vida? ¿O por el contrario, he frenado, disminuido o abdicado en la búsqueda de su voluntad?
¿Qué harás en el tiempo que el Señor te ha dado en este planeta, en cualquier lugar del mundo en el que estés? A lo largo de Filipenses, el apóstol Pablo esencialmente les hace a todos la misma pregunta: “¿Estás desarrollando tu potencial?” Mi mayor deseo es que tú tengas los recursos necesarios para responder a esta pregunta de manera personal y honesta. Quiero que veas crecer y realizarse el potencial único que Dios ha puesto dentro de ti.
Si yo tuviera que escoger un versículo fundamental para toda esta idea, sería: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Sea cual sea tu edad, todavía hay un potencial en ti que el Señor quiere desarrollar. Seas estudiante o estés en el mercado laboral, soltero, casado, divorciado, monoparental, padre o abuelo, tu propósito está en las manos de Dios.
Hay obras y proezas que solo tú, estés donde estés, puedes realizar. ¿Estás listo para responder a ese llamado? No es pasivo; es activo No se logra en el pasado o en el futuro, es en el presente. No sólo es natural sino también sobrenatural. ¡Dios no ha dado su última palabra! A todo creyente en todo el mundo: Tu llamado te está esperando. Te desafío a vivir todo tu potencial para el Señor en tu generación como David.